Barrera sanitaria : “No faltará carne, ni saldrá más cara” aseguraron los productores

Distintas entidades rurales de Río Negro y sur de Buenos Aires, a favor del cambio de estatus sanitario

El corrimiento de la barrera sanitaria al río Colorado es un hecho. En una rápida decisión, el Ministerio de Agricultura de la Nación dispuso la medida que llegó mucho antes de lo esperado, ya que los distintos sectores productivos estaban prácticamente convencidos de que la decisión se haría efectiva recién en el 2014.

Ahora, ya sin más espacio para la discusión sobre los beneficios o perjuicios que acarrearía la ampliación del área libre de fiebre aftosa sin vacunación, llegó el momento de las evaluaciones.

Desde la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro y las asociaciones de Patagones, Stroeder y Villalonga expresaron su satisfacción por el corrimiento de la barrera, al tiempo que destacaron que esta resolución no implicará faltante de carne en las góndolas regionales ni tampoco un aumento en el valor del producto al consumidor.

Por el contrario, en un comunicado de prensa emitido horas después de conocida la medida, las entidades ruralistas indicaron que resultará beneficiosa para la economía regional y será una inmejorable oportunidad para que la ganadería local se calce los pantalones largos y dé el salto de calidad que se merece.

El comunicado de la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro y sus pares de Patagones, Stroeder y Villalonga sostiene que “la ampliación del Área Libre de Fiebre Aftosa sin vacunación es la evolución lógica del Plan Nacional de Erradicación de Fiebre Aftosa establecido en el 2001 y ratificado en el 2004. El primer paso se dio en el 2007, al lograr la incorporación del sur de Río Negro e interior de Neuquén. El paso siguiente es la anexión de la zona ubicada entre los ríos Negro y Colorado de la provincia de Río Negro, más el Departamento Confluencia de la provincia del Neuquén, unificando toda la región al sur de los ríos Barrancas y Colorado”. Éste es el paso que se acaba de dar.

Fueron más allá al aclarar que la medida “busca beneficiar a toda la región, cuya economía, más allá del petróleo y otros recursos no renovables, requiere cada vez más de la producción agropecuaria y del turismo. En este sentido, la ganadería –no sólo bovina, sino también ovina y porcina–, diferenciada a partir de este reconocimiento y de las posibilidades comerciales que abre, podrá dar un salto cualitativo en términos de producción, integrándose con la agricultura, con las áreas bajo riego y con la industria frigorífica. En definitiva, es la ganadería en este contexto una alternativa real y concreta para producir riqueza y trabajo genuino y sostenible”.

Uno de los puntos que siempre se discutieron y generaron resistencia al traslado de la barrera apuntaba a cómo se comportarían la producción y el consumo de carne.

Las entidades rurales dicen que “desde un punto de vista exclusivamente productivo, la región tiene todas las condiciones para lograr autoabastecimiento de carne. De hecho, durante el 2012 la relación de cabezas que nuestra zona envió a engordar al norte de la barrera versus los que ingresó para faena es de 2 a 1 a favor de los primeros. Y nunca, ni en los peores momentos productivos, esa relación favoreció a los ingresos por sobre los egresos. Es decir que con las condiciones adecuadas para que el engorde dentro de la región sea posible tanto en términos productivos como comerciales, es posible mantener los actuales niveles de consumo de la región”. Y concluyen las entidades rurales sosteniendo que, “no obstante lo anterior, la carne deshuesada continuará ingresando del norte de la barrera sanitaria de manera irrestricta, razón por la cual ni faltará de las góndolas ni aumentará de precio. Por lo demás, vale destacar que el planteo de una ganadería integrada como la que mencionamos es uno de los pocos con visos de sustentabilidad productiva, económica e, incluso, ambiental para la región patagónica según diversos estudios de INTA y de los gobiernos provinciales y nacional”.