lunes, 4 de marzo de 2013


EE.UU. prepara una nueva avalancha de granos

Si las lluvias son normales, la potencia del norte marcará un doble récord de producción.
En las últimas dos semanas, dos pronósticos del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por su sigla en inglés) han llamado la atención sobre el mismo punto que puede ser de gran importancia para la agricultura uruguaya en el mediano plazo. Se vienen dos cosechas de gran magnitud en los dos cultivos clave –maíz y soja– y eso puede llevar a que finalmente los precios agrícolas ajusten a la baja.
Porque lo que antes, en las proyecciones al 2022 emitidas dos semanas atrás, era una baja de precios que vendría en dos años por una acumulación de producción, que llevaría los precios de los US$ 300 de 2012 a US$ 160 en 2014, puede anticiparse.
En efecto, en su proyección de largo plazo a 2022, el USDA pronosticó una baja del área para la próxima siembra. Pero en su primera estimación formal, aunque no derivada de datos de campo, el organismo casi mantuvo la gigantesca área maicera del año pasado.
La superficie sembrada se mantendría por encima de los 39 millones de hectáreas y de esa manera si el rendimiento es normal (esto es unos 10.000 kilos por hectárea cosechada), el mercado de maíz tendrá un giro radical. Esto determinaría que las reservas de maíz de EEUU se multipliquen por tres. Tomando una pérdida histórica de 9% entre el área sembrada y cosechada (superficies que se ensilan por bajo rendimiento de grano), eso daría una producción de 369 millones de toneladas, 95 millones más que la producción del año pasado.
EEUU no solo multiplicará por tres sus reservas, sino que además volverá al mercado exportador, en el que desde el año pasado y hasta que entre la próxima cosecha, se mantendrá en un segundo plano.
Pero hay más. Porque desde la demanda se prevé un afloje al consumo de etanol que tiene varios componentes. Es el consumo de combustibles líquidos lo que va en descenso. Hay un aumento en la eficiencia de los automóviles, una leve reducción en la cantidad de kilómetros que cada automóvil recorre, y un estancamiento en el uso de etanol en las mezclas.
El descenso fue muy pronunciado en 2012 y la recuperación en la demanda de etanol en 2013 será leve, permanecerá por debajo del etanol consumido en 2011.
Si las proyecciones se confirman y el stock de maíz de EEUU se va a 55 millones de toneladas, el mercado quedará bien abastecido y los precios se tranquilizarán.
Además, una situación así dará un fuerte impulso a la ganadería de carne y lácteos, que por ahora tienen un buen precio en los productos pero un alto costo del grano necesario para producirlos.
Claro que para que ese panorama proyectado se concrete es necesario que se efectivice un rendimiento que en estos modelos es proyectado en 10.200 kilos por hectárea cosechada. Puede considerarse una proyección ambiciosa. Pero es la continuación de la tendencia de largo plazo del rendimiento en el país que hace vanguardia en la tecnología del cultivo.
Claro que en los úlimos dos años no se les ha dado. Es interesante cómo los avatares del clima han golpeado un año tras otro al cultivo estadounidense. En el año 2009 lograron un rendimiento de 10.340 kilos por hectárea y parecía que de allí en adelante las 10 toneladas serían una base. Pero al año siguiente bajaron a 9.590 kilos, en 2011 cayeron a 9.240 y el año pasado, con la peor sequía en décadas, cayeron a 7.750.
¿Volverán los rendimientos a la tendencia histórica o una vez más la sequía se llevará las ilusiones de los farmers? De eso dependerá el precio en todo el mundo, porque EEUU produce más de la mitad del grano que se comercializa en el mercado internacional.
Récord de producción de soja
Un panorama similar es el que espera el USDA en la soja. Un crecimiento importante en la producción, recuperación de reservas y, por lo tanto, precios que deberían ajustar a la baja una vez que se concrete la cosecha.
EEUU produciría 10 millones de toneladas más de soja que el año pasado, de 82 a 92,7 millones. De concretarse, la reserva de soja de EEUU se duplicará. Y eso, sumado a una gran cosecha de la oleaginosa en Brasil, lo que es ya casi un hecho, también significará un paño frío al mercado que ha estado más caliente en los últimos 12 meses.
Mientras la superficie de maíz descendería levemente, la de la oleaginosa subiría en 200 mil hectáreas y alcanzaría a 31,4 millones de hectáreas.
Podría así la oleginosa llegar a la mayor área cosechada de la historia en EEUU y, si logra el rendimiento tendencial de 3.400 kilos por hectárea, también contribuirá a estabilizar este mercado.
Baja la producción de trigo
Tanta área sembrada con maíz y con soja debe tener alguna compensación. Y por supuesto que la tiene. Baja el área de trigo, arroz y algodón. Tres cultivos que en términos relativos han tenido menores precios y por lo tanto perderán espacios.
En el caso del trigo el descenso tiene que ver con la pérdida de área derivada de la sequía, que recién parece estar aflojando en estos días. El cultivo ya está sembrado, cubierto por la nieve. Y aunque las abundantes nevadas le vienen bien, la situación de sequía que soportó hasta mediados de febrero ya hizo un daño que seguramente será irreparable. Los estadounidenses obtendrían un rendimiento de 3.100 kilos por hectárea, muy similar a los que se obtienen en años normales en Uruguay.
De modo que en EEUU el trigo seguirá siendo relativamente escaso. Pero en este caso, la producción canadiense y europea debe permitir que el abastecimiento global se mantenga relativamente normal.
La sequía, un factor determinante
Esta semana una nevada gigantesca cayó sobre Chicago, la ciudad que nuclea el comercio de granos de EEUU. Es un factor que modera la situación de sequía, pero no la soluciona. Cuánto llueva a la salida del invierno y durante la primavera será el factor determinante del resultado productivo de EEUU.
Un año atrás nadie pronosticaba la sequía y, por el contrario, las condiciones neutrales en el océano Pacífico ya llevaban a los mismos pronósticos que se hacen en este febrero: un área muy importante y una producción que calmaría a los mercados.
Lo que vino fue el año más cálido de la historia y las producciones diezmadas.
Lo interesante de la situación es que la humedad apenas ha sido restablecida en algunas zonas agrícolas y en otras el déficit persiste.
El mercado será extremadamente climático. El economista Luis Bértola advertía este fin de semana en El Observador que los mercados de los commodities son una lotería y que “la producción mundial de commodities siempre ha reaccionado cuando hay estímulos de precio con enorme elasticidad.
Esa reacción puede estar llegando con la próxima cosecha estadounidense entre agosto y setiembre. La tómbola de las lluvias lo decidirá. Si los precios caen, ¿estará Uruguay preparado para resistirlo?

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