lunes, 18 de marzo de 2013


El agro del fin del mundo ante el nuevo escenario

A hora que el Papa es argentino ¿cambiará el rumbo del país? Es el interrogante que por estos días, con las emociones todavía a flor de piel, realizan todos los sectores de nuestra sociedad. El campo argentino como gran productor de alimentos en un mundo hambriento no puede ser la excepción. ¿Comenzará un tiempo de reconciliación? ¿Francisco interrumpirá el creciente proceso de aislamiento internacional que vive nuestro país que limita y perjudica al sector agroalimentario?
De las muchas conjeturas hay algunas pistas bastante certeras de lo que puede ser el futuro. La primera es que de la mano del pastor jesuita, “el fin del mundo” también fue convocado al centro de la escena mundial. Desde el “habemus papam” del miércoles a la tarde, Argentina ya no está tan alejada del mundo. Un argentino, en un hecho de dimensiones históricas, ocupa el trono de Pedro lo que automáticamente lo convierte en una de las personalidades más influyentes del planeta.
Para los más optimistas estos datos son suficientes como para pensar que comienza una nueva etapa sin la carga de estar tramitando confrontaciones en forma permanente. ¿Se aggiornará el kirchnerismo?
Los que quedaron deslumbrados por la elección de los cardenales en el cónclave son los que creen que hay una muy buena excusa que el obispo de Roma sea argentino para iniciar las paces con el vecindario, es decir, con Europa. Para las exportaciones de carne y de biocombustibles esto es crucial. El deterioro de las relaciones con la Unión Europea es de tal grado de magnitud que el Gobierno no se ha molestado en cubrir el puesto de embajador. Desde hace 15 meses, cuando Jorge Remes Lenicov tuvo que abandonar su despacho de la avenida Louise, en Bruselas, el puesto está vacante. “Que no haya embajador es una señal inconfundible del poco interés que despierta Europa. Una lástima porque ayudaría a destrabar una agenda sumamente conflictiva con uno de nuestros principales socios económicos, políticos y estratégicos”, razonaba por lo bajo un funcionario de Cancillería.
Un dato que no debería pasar desapercibido es que el 22 de noviembre próximo los jefes de Estados europeos firmarán un nuevo presupuesto para 2014-2020. Hay expectativas porque se viene una reforma de la política agrícola común (PAC) y de los subsidios que representan cerca del 40% del total recaudado. Aunque todavía es invierno, Bruselas ya levantó temperatura por las polémicas alrededor de los mecanismos para mantener una agricultura ineficiente, la seguridad alimentaria, el fomento de la ruralidad y el cuidado del medioambiente. De la crisis de 2008 las finanzas europeas salieron muy endeudadas por lo que se descarta el recorte de los subsidios. Pero lo que se declama, como el sonsonete de “no entregaremos más cheques en blanco a los productores”, no se viene cumpliendo.
Sin embargo, es bueno saber que la posible baja de los subsidios no garantiza a los productos argentinos un mejor acceso a los mercados europeos. Las puertas para entrar al viejo continente están reemplazando sus sistemas de barreras arancelarias por la imposición de condiciones sanitarias y ambientales cada vez más exigentes. Un reemplazo de Remes Lenicov significaría un fuerte respaldo diplomático a las gestiones que los técnicos del Senasa realizan con los laboratorios europeos por la detección de la bacteria Escherichia c oli en contenedores de carne vacuna frenados en Alemania. Toda la industria frigorífica exportadora tiene sus operaciones en vilo por un valor de 600 millones de dólares anuales. Con los biocombustibles ocurre otro tanto, con la severa contracción de las exportaciones por una investigación antidumping. Están comprometidos 2000 millones de dólares.
Europa puede ser la primera escala de un cambio. El agro agradecido.

LA FRASE


  • “Confiamos que con Francisco se restaure el diálogo sincero”
    Luis Miguel Etchevehere
    Presidente de la SRA

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