domingo, 10 de marzo de 2013


El INTA destacó el crecimiento del cultivo de arroz en Corrientes

"Se logró un vuelco muy grande en el sistema productivo de Corrientes, Santa Fe, Chaco y de Formosa".
La cosecha de arroz ya está en marcha y en Corrientes habrá más para levantar: con 103.000 hectáreas cultivadas, el cereal registró un récord de superficie en la presente campaña provincial y se estima que, además, el grano obtenido será de mejor calidad que las anteriores campañas. Con aportes del INTA, el promedio de rendimiento aumentó entre 700 y 800 kilogramos por hectárea.








La cosecha de arroz ya está en marcha y en Corrientes habrá más para levantar: con 103.000 hectáreas cultivadas, el cereal registró un récord de superficie en la presente campaña provincial y se estima que, además, el grano obtenido será de mejor calidad que las anteriores campañas. Con aportes del INTA, el promedio de rendimiento aumentó entre 700 y 800 kilogramos por hectárea. 

"Se logró un vuelco muy grande en el sistema productivo de Corrientes, Santa Fe, Chaco y de Formosa", dijo Alejandro Kraemer, especialista del INTA Corrientes que está al frente del equipo de trabajo de este cultivo.
El especialista explicó que trabajan "fuertemente en el sector con el proyecto arroz desde 1995" y que en 2008 "iniciamos el programa de transferencia tecnológica denominado Manejo para Altos Rendimientos en Arroz, que permitió aumentar el promedio de rendimiento entre 700 y 800 kilos por hectárea". Kraemer detalló los seis puntos que integran el paquete tecnológico para lograr altos rindes: Densidad de siembra; época de siembra; tratamiento de semilla; control de malezas; nutrición y, -con mayor énfasis-, manejo del riego.
"Si dividimos la provincia en dos regiones, en esta campaña, el norte rindió un poco más que el centro-sur, donde los resultados fueron levemente inferiores a los del ciclo anterior", explicó Kraemer, y aseguró que la merma fue debido a "condiciones climáticas adversas, por bajas temperaturas a fines de diciembre y principios de enero -en la época de floración- y altas precipitaciones en el período de aplicaciones de herbicidas y de urea".
Como resultado, además del mayor rendimiento, el programa permitió disminuir la densidad de siembra: "Hace unos años se sembraban 180 kilos y hoy se usan entre 80 y 100 kilos de semilla por hectárea. Esto permitió ajustar una mejor fertilización y se equilibró la nutrición entre potasio y nitrógeno", explicó el técnico del INTA. Mediante estos resultados pueden obtenerse ventajas ambientales y económicas, dado que los costos son también menores.

Duplicaron los rindes
En Corrientes, el sector productivo está compuesto por alrededor de un centenar de productores de gran escala y muy tecnificados, con establecimientos que van desde las 200 y 500 hectáreas y hasta las 30.000. La familia Huk posee unas 400 hectáreas que destina a la producción de arroz en la localidad de San Carlos. Sin la aplicación de la tecnología, la cosecha variaba de 4000 a 5000 kilos de arroz seco por hectárea.
Adrián Huk dijo que gracias al aporte del INTA duplicaron los rindes. "Hace más de 10 años que con el acompañamiento de los técnicos y la aplicación del paquete tecnológico cosechamos un promedio de 8100 kg de arroz seco por hectárea."
En cuanto a las líneas de trabajo desarrolladas por el INTA, Kraemer señaló: "Las líneas actuales de trabajo ponen énfasis en las curvas de absorción de nutrientes del cultivo. De esta manera se puede identificar cuáles son los momentos de mayores requerimientos nutricionales, junto con la oferta de nutrientes de los distintos suelos arroceros. Así se puede delinear un programa de nutrición diferenciado para distintos suelos".
A partir de esta campaña, además, comenzó a formarse un banco de germoplasma de arroz instalado en la Estación Experimental Agropecuaria de Corrientes. "Desde el punto de vista del mejoramiento genético, también trabajamos con marcadores moleculares para localizar genes resistentes al frío en la etapa temprana del cultivo", dijo Kraemer.
El técnico se refirió a trabajos destinados al manejo eficiente de la urea y a ensayos para conocer la respuesta de diversas variedades a distintas dosis de fertilización, así como la utilización de fertilizantes biológicos. "Hay mucho interés por parte de los productores para adoptar estas estrategias por el impacto ambiental y económico", afirmó.
La cosecha continuará hasta fines de mayo o principios de junio. "Toda la estructura de cosecha está preparada para condiciones de anegamiento, barro y zonas encharcadas", expresó Kraemer y alertó que por la mayor humedad, las hojas son más susceptibles a las enfermedades de fin de ciclo.
"El riesgo es que demorar la fecha de cosecha va a significar retrasar la preparación del suelo y la siembra para la próxima campaña. Y eso sí es un problema", aseguró. En este contexto, Hernán Ferrari y María Cecilia Ferrari, del INTA Concepción del Uruguay, sostuvieron que, de no considerar determinadas cuestiones prácticas, "el productor pagará la ineficiencia con la propia cosecha disminuida, debido al aumento de pérdidas en cantidad y calidad de los granos".
Según Hernán Ferrari, la capacitación de los operadores de cosechadoras de granos debe incluir la regulación de componentes según las condiciones del cultivo; mantenimiento de órganos activos; disminución en el consumo de combustible; reducción en la pérdida granaría, y aumento de la calidad del producto final. "Estos son requisitos fundamentales al momento de evaluar el progreso del trabajo agrícola", señaló.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.