viernes, 8 de marzo de 2013

El riego debe hacer un eficiente uso del agua

El agua dulce para uso humano, agrícola, ganadero e industrial está disponible de diversas maneras en todo el mundo. Las lluvias o nevadas permanentes o estacionales, los ríos o lagos de montaña o el agua subterránea son las más comunes de ver en todo el planeta y el hombre, para usarla, realizó obras como diques embalses, diques niveladores, tomas de río, represas o perforó el suelo en busca del líquido elemento.
El uso del agua dulce como riego pasa a ser indispensable para poder producir adecuadamente en diversas partes del mundo, y en numerosas zonas de nuestro país y de la provincia de Tucumán.
Países como Israel, España, EEUU y nuestro vecino Chile, invierten, como Estado, grandes sumas de dinero para poder disponer del recurso que genera grandes riquezas. Pero por sobre todo vida, y las instituciones y empresas dedicadas a la producción agrícola ganadera destinan muchas horas a determinar cuál es la forma más eficiente de hacer un adecuado uso del agua.
La falta de agua permanente o temporal hace que todo lo relacionado con la producción agrícola ganadera se encuentre totalmente acotada, y que se deba recurrir a usar la inteligencia para colocar el agua en el momento y en la cantidad justa, que un sistema productivo necesita para progresar.
En nuestra provincia, y en muchas otras zonas de nuestro país, sufrimos este verano fuertes sequías estacionales por segundo año consecutivo, que perjudicaron a diferentes cultivos estivales y pasturas para la alimentación de ganado.
En Tucumán, sólo basta recorrer los campos para poder ver los desastres que causó la falta adecuada de lluvias en cultivos de soja, maíz, poroto, caña de azúcar y pasturas, entre los más afectados.
La falta de agua fue notoria, lo que nos lleva a pensar que debemos tomar los recaudos para que, cuando esto ocurra, no tengamos que mirar el cielo para que llueva, y a las autoridades para que nos decreten una emergencia.
Aprovechamiento
Es indudable que se deben realizar los esfuerzos necesarios para aprovechar el agua que corre por nuestros ríos, por nuestro subsuelo y el agua que cae del cielo en la época de verano, para que al momento de necesitarla por faltante, por lo menos tengamos algo disponible y que los daños no sean cuantiosos.
El esfuerzo a realizar no escapa tampoco a los productores, que deben no sólo tomar recaudos a la hora de sembrar, sino que muchas veces deben tomar la decisión de invertir para lograr hacer un uso eficiente del agua. Debemos entender que el agua dulce es un recurso limitado, cuya renovación depende del buen uso y tratamiento que se le dé a la misma.
El manejo eficiente y bajo criterios conservacionistas del agua, es un mandato de la sociedad actual en la que vivimos. Este mandato se aplica a todos los órdenes de la actividad humana, de la cual no escapa el riego. El riego debe ser una operación eficiente y ajustada a criterios conservacionistas, lo que implica realizar un diseño adecuado para un cultivo en particular que se quiera regar.
El riego sigue siendo una materia pendiente, si se verifica la superficie real de lo que se riega en Tucumán en relación al recurso disponible.
Aplicar riego en la actividad rural es una herramienta indispensable para poder producir en zonas donde, sin agua, no habría nada como en las provincias del Cuyo o en nuestros valles de altura, pero también en una herramienta muy válida para producciones que se hacen en nuestra llanura como caña de azúcar, cítricos, frutas, granos y hortalizas diversas, en las cuales el uso del agua hace más rentable una actividad al brindar mayor producción y calidad.
Además, los productores deben ser conscientes de que los ciclos del agua en la climatología mundial tienen los comportamientos de faltar en un período importante de años y ser abundante en otros, por lo que muchas veces la toma de decisión de cuál cultivo a secano realizar, el momento de siembra y los cultivares a sembrarse debe ser realizada estudiando todos los parámetros relacionada con el comportamiento climático.
Estrategia
El diseño de la estrategia de riego requiere del conocimiento de las necesidades hídricas del cultivo en cada uno de sus estados fenológicos, así como también de la capacidad de infiltración y almacenamiento de agua de los suelos a regar. Una vez diseñada, la práctica del riego requiere de un constante y concienzudo proceso de seguimiento de las variables meteorológicas (precipitación, temperatura, viento, evapotranspiración, etc.) y de las variaciones en el contenido de humedad en el suelo del lote a regar.
Como vemos, el riego es una herramienta que debe ser tenida en cuenta por los productores al momento de realizar una inversión productiva, mas aun cuando ocurren fenómenos climáticos como los vividos en las 2 campañas agrícolas que pasamos.

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