La asamblea de ruralistas realizada este sábado en Presidente Roque Sáenz Peña, Chaco, llegó justo el día después de la apertura de sesiones ordinarias por parte de la presidenta Cristina Kirchner en la Asamblea Legislativa, y seguramente no fue una coincidencia.
Las alusiones al sector agropecuario apenas si reunieron un par de minutos, y no seguidos, en las cerca de tres horas cuarenta que duró el discurso de la presidenta el viernes en el Congreso de la Nación. Del campo, casi ni se habló, salvo para alguna referencia al aumento del área sembrada, la producción lechera, la maquinaria agrícola, tecnología animal y de semilla.
De allí que el ruralismo se despachara a gusto para criticar las exiguas referencias al agro y las "chicanas" del gobierno que solo ve en la dirigencia de la Mesa de Enlace una agrupación contra los derechos de exportación. Al unísono se dio a entender que "el campo" creció en la era K a pesar del gobierno y no por sus buenas políticas.
En Chaco en tanto, la "multitudinaria asamblea de productores" que describió la FAA en su parte de prensa tuvo alrededor de medio millar de asistentes, según precisa el comunicado de CRA, la única entidad que detalló cifras.
El dato no parece menor porque la reunión fue con productores del norte, no solamente que involucra a varias provincias, sino que ocurre en la segunda asamblea tras la realizada en Pehuajó donde testigos aseguraron a El Enfiteuta que la presencia rondó las 1.500 personas. Es decir que el número de participantes se redujo entre la primera y la segunda asamblea.
Desde el ruralismo se remarca que la decisión de asistir o no a la invitación del ministro Norberto Yauhar surgirá del mandato de las asambleas. Pero la primera reunión está fechada para pasado mañana, el miércoles, con el titular de Coninagro, entidad que no hizo una manifestación pública aún acerca de si asistirá o no. Salvo por las declaraciones de su presidente Carlos Garetto que reconoció que los cooperativistas son de "privilegiar el dialogo con el gobierno".
Para adoptar una posición común, las entidades se reunirían este martes, de donde se sabrá si finalmente quieren o no el tan reclamado dialogo con el gobierno sobre las políticas sectoriales. Más allá de si van de a uno o de a cuatro.
Por ahora los discursos encendidos son lo que sobran en el ruralismo que nuevamente el sábado añadió reclamos contra los derechos de exportación y las "nefastas" políticas del gobierno, la indignación de que la presidenta no mencionó casi nada de los aportes del campo y mucho menos de los reclamos que se repiten desde el 2008 a la fecha sin que la dirigencia haya logrado absolutamente nada.
Todo lo contrario, la presidenta dio a entender que los empresarios del campo ganaban más plata ahora que en la época de la convertibilidad sin retenciones pero cuando había 12 millones de hectáreas hipotecadas en el Banco Nación. El sábado en el Chaco, y contra las retenciones, se manifestaron tanto el presidente de la SRA, Luis Etchevhere, como el de la FAA, Eduardo Buzzi, y Rubén Ferrero de CRA.
"Con retenciones del 35%, fletes que se llevan más de la mitad del ingreso según el grano y una sequía que sigue golpeando a la producción en forma alarmante, muchos productores chaqueños están quedando fuera del sistema", dijo Etchevehere.
"Es preciso resaltar que la presión fiscal en la economía argentina es la más elevada de los últimos 20 años al alcanzar el 39% sobre el PBI, producto de los derechos de exportación, de los impuestos a los débitos y créditos, del impuesto inflacionario y el ajuste fiscal por parte de las provincias", dijo a su turno Ferrero "ante más de 500 productores de todo el norte argentino", según la entidad.
Para Eduardo Buzzi el sector agropecuario tuvo un rol esencial en "la recuperación luego de la crisis del 2001, que fue la culminación de toda una década de aplicación de políticas neoliberales". Precisamente hacia ese tipo de políticas sin derechos de exportación ni intervención del Estado en la economía es hacia donde parecieran apuntar sus colegas de CRA y la SRA.
A Buzzi no solamente le preocupa "la rentabilidad que tengamos, sino en qué país vamos a vivir en los próximos años". De allí que continúa promoviendo un plan de lucha como sus colegas de las demás entidades en una decisión que dice "no pueden tomar cuatro personas" y para la cual convocan a los damnificados. Por ahora la presencia en las asambleas parece escasa.
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