sábado, 2 de marzo de 2013

Enfermos de ombliguismo, perdidos en los conflictos y sin acertar el rumbo


Cuando miramos lo ocurrido durante el año pasado no podemos sino asombrarnos del status de conflicto permanente que vive el sector con las autoridades. Un gobierno que no sólo no escucha la realidad de lo que pasa sino que genera nuevas amenazas para la producción. Así es como reaparecen versiones de la creación de una nueva Junta Nacional de Granos, como otra traba más a la ya casi paralizada comercialización. Vale recordar que desde hace más de 5 años existen trabas a las exportaciones y a la comercialización de granos, carnes y lácteos. No es difícil saber que cuando se puede exportar e importar con normalidad, los mercados demandan más y los precios se acomodan, y comienza una "transparencia deseada por el sector". Se genera un circulo virtuoso con oportunidades para crecer y obtener nuevos mercados que seguramente pagarán más por nuestros productos.
Para una amplia mayoría de los protagonistas del sector, esta realidad es absolutamente innecesaria. Y casi todos están de acuerdo que se podría estar muchísimo mejor con sólo convalidar con políticas la visión de un sector agroindustrial como el motor de la economía nacional.
A algunos les produce hasta tristeza observar como nuestro país desaprovecha permanentemente las oportunidades que nos muestran los mercados internacionales. Y hasta hay casos que piden comprar "a gritos" los alimentos que producimos.

BRASIL, UN EJEMPLO

Cuando miramos estos días que Brasil anuncia que tendrá la mayor cosecha de su historia, y que durante el año pasado, el 2012, "inyectó" al sector productivo casi US$ 66.000 millones (57.000 para la agricultura extensiva y 9000 para la agricultura familiar). Cuando nos enteramos que Brasil es el país de la región que más inversiones viene recibiendo en el sector agroalimentario desde hace 4 años, ¿no nos da un ataque de envidia con algo de admiración?
Brasil apunta decididamente al desarrollo por medio de su agroindustria. Y lo hace dejando afuera los excesos de personalismos y las ideologías.
Durante la gestión del ex presidente Lula da Silva, Brasil sacó de la línea de pobreza a más de 32 millones de personas en 8 años. Esto quiere decir que hay más gente de clase media que consume, que puede comprar mejores alimentos, que come y se alimenta mejor. La agroindustria hizo un gran aporte porque no por nada es el sector que más aporta y mueve en la economía brasileña. Pero se sostuvo al sector como una prioridad y se focalizaron en generar acciones de valor.

NUESTROS VECINOS

Todos los países vecinos al nuestro están recibiendo las mayores inversiones a la producción de los últimos 5 años.
Mientras nosotros perdemos el tiempo en los conflictos internos, ellos se ordenaron de tal forma como para aprovechar las oportunidades que el mundo les da.
Es el ejemplo que nos proponen Perú, Colombia, Chile, Uruguay, Paraguay, y ni que hablar de México (la nueva vedette de la región, junto con Perú) y Brasil.
Aplican una receta clásica con las modificaciones particulares pero sin apartarse de tener un pensamiento de largo plazo, trabajar con seguridad jurídica, y poseer reglas de juego claras.
Lograron generar en definitiva sistemas económicos que brindan la mayor previsibilidad posible. Una palabra que en nuestro diccionario "argento" parece estar bastante olvidada.
Como si el tiempo no pasara todavía nos andamos preguntando que queremos hacer, ¿hacia dónde queremos ir? Nuestro país tiene todo para ser un líder absoluto en materia agroindustrial. A pesar de esta certeza no hacemos los deberes suficientes como para concretarlo.
Este es un año eleccionario, y por ende se producirá un gran debate. Ojalá algo de ese movimiento sea a favor del sector agroindustrial para que "los palos en la rueda" se transforme en acompañamiento. Ojalá de una vez por todas se generen políticas para mirar el bosque, es decir el mundo, y no tanto el árbol, es decir nuestro ombligo

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