sábado, 16 de marzo de 2013


Esperando el milagro

En una semana en la que la realidad política y económica pareció detenerse por la elección del cardenal Jorge Bergoglio como nuevo Papa de la Iglesia Católica, el campo se mantuvo en marcha  a través de una fructífera apertura al diálogo tranqueras adentro.

Esto quedó demostrado en la asamblea en Villaguay (Entre Ríos), convocada por la Comisión de Enlace, en la que cerca de 1000 productores se dieron cita para decidir las medidas de fuerza que se llevarán a cabo contra la política agropecuaria del gobierno. Entre otras cosas, los ruralistas reclamaron el fin de las trabas a la comercialización de productos del campo y una reducción de la presión fiscal sobre la actividad.

En este sentido, los productores entrerrianos comparten la misma preocupación que sus pares cordobeses vinculados a la Federación Agraria, quienes por estos días solicitaron al gobierno de José Manuel De la Sota que prorrogue el vencimiento del pago del impuesto inmobiliario rural. Además, exigieron conocer los motivos de las fuertes subas de este tributo, que oscilan entre un 70% y un 80%, cuando lo convenido entre las partes era alcanzar un incremento  de entre un 50% y un 56%.

Por otra parte, durante la asamblea de Villaguay expusieron sus problemas los productores de citrus, arroz y leche, quienes acusan a la inflación y al atraso cambiario de contribuir a la pérdida de competitividad. Con respecto a esta última actividad, la sensación de los tamberos fue apoyada por datos reales de un análisis realizado por el ex presidente de CARTEZ, Néstor Roulet, quien analizó el desfasaje entre egresos e ingresos y señaló que “si el precio de la leche se hubiese ajustado al mismo ritmo que el aumento de los costos, en diciembre el productor tendría que haber cobrado $1,98 por litro, es decir, un 20% más que lo percibido en el último mes del año”.

También en sentido crítico, Luis Miguel Etchevehere expresó que “el productor entrerriano atraviesa una situación crítica como consecuencia de la altísima presión fiscal y por no poder ejercer libremente la comercialización de sus bienes”. El dirigente agregó que  por las nefastas políticas en la presente campaña la cosecha de trigo de esa provincia cayó un 65% con respecto a la anterior y que a los tamberos locales se les paga un 10% menos que a los de otras provincias pese a que los costos de producción subieron un 30%.

Lo cierto es que hasta el momento, el ahogo financiero que viven las provincias fue relativamente paliado con la contribución de los productores, pero el paso del tiempo, el rigor y las condiciones adversas para la comercialización están dejándolos al límite.
A causa de una década de malas políticas agropecuarias, la Argentina pasó de ser sinónimo mundial de carne y cereales para ser símbolo de conflictos internos. Sin embargo, el 2013 promete cambios: tal vez las asambleas, las elecciones y por qué no, la actitud del nuevo Papa, contagien al gobierno de una verdadera voluntad democrática y dialoguista.
Alejandro Cánepa
Agro-noticias.com
 

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