martes, 19 de marzo de 2013


Graves problemas al correr la barrera sanitaria ! ! !

La decisión de dejar de vacunar contra la aftosa al sur del Río Colorado sorprendió a la Patagonia.
De golpe y porrazo, el 28 de febrero, el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, anunció el corrimiento de la barrera sanitaria que separaba el país entre el sur del Río Negro, libre de aftosa sin vacunación, y el Norte, libre pero obligado a vacunar. A partir de la resolución 141/2013, esa barrera subió hasta el río Colorado, con lo que ahora se deja de vacunar también en la zona del Alto Valle de Río Negro, una parte de Neuquén y el partido de Carmen de Patagones, en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires.
Si bien el Senasa venía estudiando la posibilidad del corrimiento de la barrera, sorprendió lo intempestivo de la medida, así como que fuera anunciada por el Ministerio de Agricultura en vez de por el organismo sanitario, que recién al día siguiente emitió resolución (N° 82/2013). Así, en la región ya no se aplicará la primera dosis anual de la vacuna antiaftosa, que se está ejecutando en el resto del país.
Las consecuencias inmediatas son varias, la mayoría indeseables. Los más de 800.000 habitantes de la zona vieron encarecerse entre 35% y 40% la carne vacuna en estas dos semanas. Es que la región no se autoabastece de bovinos, sobre todo después de dos años de una sequía feroz que redujo su stock prácticamente a la mitad, y traía el faltante del norte del río Colorado. “Río Negro, la provincia de mayor población ganadera, pasó de 1,2 millón de cabezas vacunas a 650.000, por la sequía y las medidas económicas. Produce 175.000 novillos, pero en la zona se consumen unos 400.000″, explicó el agrónomo Alfredo Adem, productor y consignatario. Así, “antes de la medida, el kilo de novillo en gancho estaba $ 19; hoy está $ 25″, contó. La escasez de oferta no sólo perjudica a los consumidores. Los pocos frigoríficos relevantes que quedan en la región están viendo cómo siguen. “Río Negro tuvo la peor sequía en 40 años. Mucha hacienda murió y otra fue a La Pampa, de donde ahora no puede volver”, señaló Sergio Rivas, dueño del único que queda de los tres frigoríficos importantes que había en Neuquén. “Nosotros traíamos hacienda de Coronel Pringles, faenábamos en Neuquén y vendíamos. Al día siguiente de la medida, no conseguimos animales acá. Ahora tenemos que faenar en plantas de terceros al norte de la barrera y traer carne sin hueso, hasta el asado. Los frigoríficos de esta zona quedamos sobredimensionados, no sabemos cómo vamos a mantener los puestos de trabajo”, dijo.
Problemas similares enfrentan plantas de Roca y Choele-Choel. Y quizá peor está Fridevi, la única habilitada para exportación vacuna de la Patagonia e incluso “la única industria real de Viedma”, según las fuentes. La falta de hacienda estaría anulando las posibilidades de exportación de este frigorífico, adjudicatario de cuota Hilton.
El martes pasado, en la inauguración de una Casa del Bicentenario en Neuquén, Yauhar se topó con unos obreros frigoríficos que rechazabanel corrimiento de la barrera. Luego declaró que la carne no tenía por qué aumentar y que mandaría a la AFIP a fiscalizar a frigoríficos.
La supuesta ventaja de alcanzar potenciales mercados no aftósicos que pagarían más no es tan evidente. Por un lado, nunca se exportó un kilo a esos mercados desde el sur del Río Negro. Por otro, según un trabajo del INTA citado por el portal Producción Sur, “en el mediano plazo los frigoríficos no podrían pagar valores muy superiores sin perder la competitividad frente a la carne sin hueso extrarregional”.
Las fuentes coinciden en que la medida no es mala en sí, pero es extemporánea y estuvo mal planteada. “Fue una decisión política no sanitaria. Hay una serie de instrumentos que hacen a la credibilidad que no se hicieron, como análisis, objetivos, plazos,”, dijo un experto sanitario.
Entre las conjeturas acerca del por qué del apuro de la medida, solo hay hipótesis. En el corto plazo, los únicos beneficiados son los ganaderos del Alto Valle. Algunos especulan con que uno de los promotores de la medida, hombre de confianza del ministro, es oriundo de Patagones: Haroldo Lebed, secretario de Coordinación Político-Institucional y Emergencia Agropecuaria de la cartera, ex secretario de Agricultura de la Nación de la administración de Eduardo Duhalde, cargo que abandonó en 2003 en medio de un escándalo por la cuota Hilton.
Otra sospecha viene de la mano de la inauguración, a mediados de febrero, del frigorífico ovinos y bovinos Santa Elena, del empresario kirchnerista Cristóbal López, en Gobernador Costa, Chubut, a la que asistió Yauhar. Según fuentes que prefieren reservar su identidad, el veterinario del frigorífico estuvo tratando de comprar vacunos en la nueva zona apenas hecho el corrimiento de la barrera, donde todavía la hacienda es más barata que al sur del Río Negro.
El especialista Héctor Salamanco se preguntó cuál es el beneficio de esta medida “Están claras las consecuencias, como la interrupción abrupta del abastecimiento en los grandes centros urbanos de la zona, el altísimo precio que alcanzaron los animales, la sobreexigencia que se le impone de golpe al Senasa con una serie de controles que le costará cumplir. Pero desconozco cuál fue la evaluación que hizo el Gobierno”, indicó

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