viernes, 1 de marzo de 2013

Ituzaingó Anexo: quieren vivir en tierras contaminadas




 Los terrenos contaminados, objeto del primer juicio por fumigaciones con agrotóxicos en Córdoba, fueron ocupados en los últimos meses por un centenar de familias de la zona de barrio Ituzaingó Anexo.

“Durante años, mientras dormíamos, venían a fumigar estas tierras. Ahora nosotros decidimos tomarlas y negociar para poder construir acá nuestras casas, de material, como corresponde”, afirmó Luis, un joven trabajador de la construcción que se apropió de uno de los lotes en los que se dividieron esas hectáreas. “Somos gente con necesidad, laburantes, y estamos dispuestos a pagar los terrenos si los venden a un precio accesible”, acotó Alejandro, otro vecino que busca una oportunidad para que se asienten sus hijos.

Con reposeras, y bajo la sombra de unos pequeños árboles, las familias se reúnen para debatir cómo encausar este reclamo por un pedacito de tierra.

Alejandro contó que la usurpación lleva unos 100 días, y que del otro lado del campo, los ocupas alcanzaron un acuerdo con el dueño del predio, que les vendió los lotes en cómodas cuotas. “Creíamos que estos campos eran del fisco, ahora parece que son de un particular… no importa de quién sean, a nosotros nos interesa igual”, aseguró.

Los restos de agroquímicos y la contaminación del terreno parecen no ser una preocupación para estos vecinos, ya que aseguran haber estado rodeados de estas sustancias desde hace décadas. “Y, yo hace 28 años que vivo acá”, dijo resignado Alejandro.

Quien sí se mostró alarmada por la situación es Sofía Gatica, líder de la agrupación Madres de Ituzaingó, abanderadas de la lucha que culminó en agosto pasado con la condena de dos de los tres imputados por las fumigaciones ilegales en esas tierras.

“Es terrible esto, tratamos de impedirlo pero no se pudo”, relató a Día a Día Gatica, y explicó: “incluso hay una parte en la que el dueño, al verse imposibilitado de seguir sembrando, loteó legalmente y lo vendió a gente del barrio en cuotas… ¡pero sigue siendo un terreno contaminado!”.

“Para nosotras es gravísimo, pero siempre hubo vecinos que dicen estar sanos a pesar de haber vivido siempre en Ituzaingó”, consideró la líder del reclamo ambientalista, y evaluó que son personas que “no han tenido otra opción”.
“Ahora hay que ver qué hace la Municipalidad, porque no puede darles habilitación para construir”, aventuró Gatica.

¿Cooperativa? Alejandro contó que las tratativas con las autoridades municipales están iniciadas, y que entre hoy y mañana mantendrán una reunión para empezar a buscar un acuerdo. “Si nos dan los terrenos, nosotros proponemos hacer una cooperativa y pagar de nuestros bolsillos los servicios básicos para que esto sea un barrio, porque el tema es que la Municipalidad no quiere invertir acá”, argumentó.

Luis, en tanto, confirmó que no fueron ellos quienes ayer cortaron la ruta 9 para reclamar (ver aparte), porque quieren “negociar por las buenas”. “Somos todos laburantes, que no queremos vivir más de prestado… pedimos la tierra para edificar una casita como corresponde”, explicó.

Tampoco desconocen que, de alcanzar a un acuerdo, tendrán que bautizar el barrio. “Ampliación Ituzaingó Anexo ya nos dijeron que no, que mejor no usemos ‘Ituzaingó’, podríamos ponerle entonces ‘Los Talas Fumigados’”, bromeó Alejandro.

El juicio, histórico. El 21 de agosto, el productor Francisco Parra y el aeroaplicador Edgardo Pancello fueron condenados por contaminar.

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Los más nuevos cortaron la ruta 9

El domingo pasado comenzó otra ocupación de tierras en cercanías del predio fumigado de barrio Ituzaingó Anexo, en donde se estima que más de 300 familias intentan apropiarse de un pedazo de suelo para levantar allí sus casas. Ayer por la mañana cortaron la ruta 9 para pedir que les entreguen las parcelas en cuestión.

Por el momento, el predio ha sido “loteado” con alambres, y se han instalado precarios carteles con el apellido de la familia que reclama su propiedad. Algunos instalaron sus carpas y ya duermen allí.

Maximiliano Argüello tiene 22 años. Es pintor de autos y hace ocho años que está de novio con Anahí. No tienen hijos, y anhelan “un terreno legal para hacer una casa digna”. “Si nos ofrecen pagar en cuotas, pagaremos; queremos la oportunidad”, dijo el muchacho, y admitió: “No creo que todos (los ocupas) piensen como yo”.

“Nos dijeron que este terreno está en juicio por una deuda, si fuera por nosotros, estaríamos construyendo mañana, pero tenemos que esperar para ver qué pasa”, aseguró Maximiliano.

“Era una mugre, nosotros cortamos los yuyos para poder dividir”, añadió otro joven, y contó que hace años que los dueños no aparecen por la zona.

Otra es la visión de un hombre que vive en una de las casas ubicadas frente a los terrenos. Según él, muchos de los usurpadores tienen otras propiedades en el barrio. “Hay un tipo que tiene como cinco departamentos y pretende quedarse con una parcela”, aseguró. “Mirá los autitos que hay estacionados y te vas a dar cuenta”, desafió, mientras su índice apuntaba a dos Fiat Uno del nuevo modelo junto al predio.

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