Manejar cada ambiente de manera diferente La firma ASP llevó adelante recorridos en ensayos a campo integrados en la red de grupos Crea, uno de ellos en el establecimiento Santa Patricia, en cercanías de la localidad de Etruria (Cba.). Allí se dimensionaron los efectos de la fertilización en maíz y analizaron de qué manera se ha ido desarrollando el cultivo en las últimas cuatro campañas. Ing. Claudio Amengual, asesor del establecimiento Santa Patricia     AGRICULTURA   El pulso de las plagas a mediados de marzo     Argentina exporta sus conocimientos para combatir el Mal de Río IV en China     El girasol viene con sorpresas     En nuestro país hay un gran desbalance de nutrientes y en la región pampeana en particular. A través de de los últimos años y fundamentalmente a partir de investigaciones de Inta y asociaciones civiles, se les ha mostrado a los productores los efectos que pueden tener los desbalances nutricionales. Si bien se ha visto un crecimiento en cuanto a la reposición, probablemente aún no sea suficiente en lo que hace a usos y manejos de nutrientes en general. Claudio Amengual, técnico y asesor del establecimiento donde se desarrolló la jornada comentó algunas características del campo: “Aquí mantenemos al 33,3% la rotación, maíz en un año, soja de primera al siguiente, trigo soja al otro y volvemos a maíz. En cuanto a las fechas de siembra, los trigos los sembramos a fin de mayo hasta el 20 de junio, los maíces buscamos siempre una siembra temprana aunque sabemos que la tardía en algunos lugares anda muy bien, y hacemos soja de primera desde el grupo 3,8 a 5,2 distribuidas desde el 20 de octubre al 20 de noviembre”. “En cuanto a las adversidades climáticas, al movernos en siembra directa e ir acumulando agua vamos amortiguando el efecto de la sequía, pero cuando se te da un año en donde diciembre no llueve nada como fue en el 2010, en enero 14 milímetros y en febrero de 2011 con 34 milímetros, ahí ya el agua acumulada amortiguó para que el techo no se junte con el piso, pero los techos fueron de 6.000 Kg en un establecimiento que tiene una media en maíz de 9.200 Kg. Ahora, indudablemente este año tuvimos un excelente diciembre de 153 milímetros, un relativamente buen enero de 85 milímetros, veníamos con 220 milímetros de agua útil al metro mas todas las lluvias hasta fines de enero que fueron 466 milímetros, lo que nos hace esperar no menos de 110 quintales por hectárea”. Sobre las cualidades geográficas, los suelos son de capacidad de uso 2, en donde el perfil de agua llega hasta los dos metros, donde la raíz también llega perfectamente y esa es la respuesta de porque el cultivo sigue vivo en años en donde 90 días te llueve 80 milímetros en los tres meses más duros. Fernando Novisardi es el encargado de ASP Villa María, empresa que llevó adelante el ensayo: “Lo que estamos visitando es uno de los ensayos de larga duración de fertilización que ha llevado adelante la empresa. Este pertenece a la sucursal Villa María conjuntamente con otro que está en la localidad de La Playosa, y ambos están integrados en la red de los grupos Crea. El ensayo particularmente comenzó en la campaña 2009/10 en el cual se fue haciendo una rotación maíz-trigo-soja, siempre trabajando la misma parcela con distintos tratamientos de fertilización. Tenemos un testigos que no se ha fertilizado desde que se comenzó, hasta tratamientos completos con macro y micro nutrientes, con análisis y recomendaciones”. Entre los expertos que encabezaron el ensayo también estuvo presente el ingeniero Fernando García, quien actúa como director del IPNI (Instituto Internacional de Nutrición de Plantas), y que desde Argentina actúa como oficina regional del cono sur que se encarga de Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Expresó que “la tarea es contribuir al desarrollo de investigaciones y experimentación a campo en el uso y manejo de nutrientes, siempre buscando este paradigma de agricultura sustentable. Nosotros trabajamos mucho a través de lo que reconocemos como las mejores prácticas de manejo de fertilización, por eso siempre insistimos con los colegas en que vean la muchísima información que hay disponible, y utilizar análisis de suelo porque no hay una receta única ni hay que reponer el cien por ciento de los nutrientes siempre, si no que debemos analizar cada lote y luego tomar la mejor decisión”. “En el maíz de este año lo que estamos viendo son la combinación de nitrógeno, fósforo y azufre comparadas con una parcela sin fertilizar y con otra que aparte de estos macro nutrientes tiene también micronutrientes, en este caso boro, zinc, potasio y magnesio. Lo que pretendemos ver son los efectos de la nutrición balanceada de los cultivos, en la primera campaña de ensayos en este establecimientos vimos una fuerte respuesta al nitrógenos por parte del maíz, pero ahora lo que vemos este año es que ya hay respuestas a fósforo” cerró el especialista.