jueves, 28 de marzo de 2013


Primer milagro: ¿y si Yauhar recibe a la Mesa de Enlace ?

El papa argentino sigue dando que hablar y abriendo especulaciones sobre el futuro.
Los gestos simples y humildes conviven con hechos extraordinarios. Como, por ejemplo, transformar el inicial enojo de Cristina Kirchner en las lágrimas de emoción que brotaron al saludarlo en la ceremonia del inicio del pontificado. El kirchnerismo que hasta el momento no sabía doblar, sólo aceleraba con el “vamos por todo”, no tuvo más remedio que girar 180 grados, abandonar los silbidos de Tecnópolis y otras descalificaciones para llenarse de elogios en una llamativa fiebre por Francisco. No fue un milagro, pero casi. Por lo menos ocurrió lo imposible.
Sobre las consecuencias de estos hechos y el nuevo escenario en que se moverán los argentinos con un padre espiritual existen básicamente dos miradas contrapuestas entre los protagonistas de la producción agropecuaria.
Los escépticos piensan que lo ocurrido en el Vaticano quedará como un gesto aislado, mientras que los optimistas creen que a los productores les espera una cadena milagrosa de acontecimientos. Según esta visión, el primero de estos imposibles sería que Cristina Kirchner ordene al ministro de Agricultura, Norberto Yauhar recibir a la Mesa de Enlace y dar por terminado un enfrentamiento de duración bíblica.
Sin lugar a dudas, daría la exacta medida del cambio y un testeo para saber si el Gobierno “pescó” el mensaje del papa Francisco cuando dijo que “el verdadero poder es servicio” y pidió que “no haya odio, que no haya peleas, y que dialoguen”.
A propósito, esta semana el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, en otro intento por ser la contracara del estilo confrontativo de los K, recibió a los cuatro presidentes que componen la Mesa de Enlace. De boca del mandatario se enteraron de que no son los únicos en no ser atendidos por el Gobierno y de la forma que en Brasil se alienta al sector agroalimentario.
Una eventual reunión con Yauhar, que desistiría de la peregrina idea de recibir a las entidades por separado, además de una vuelta a la normalidad, ayudaría a bajar algunos decibeles del hartazgo que exhibieron los productores con las políticas oficiales en las asambleas de Pehuajó, Roque Sáenz Peña, Villaguay y Río Cuarto, ocurrida esta semana.
Y en cuanto a la oportunidad, el diálogo entre el Gobierno y la Mesa de Enlace no podría ser mejor en momentos en que la tensión cambiaria llegó a un máximo con el dólar blue a 8,75 pesos y sólo puede ser calmada con el ingreso de los dólares de la soja y del maíz.
El inconveniente es que una brecha cambiaria arriba del 60% patea en contra de la comercialización. Se genera una enorme expectativa en los productores sobre un aumento en el ritmo de devaluación oficial, que de hecho se viene incrementando, pasó del 14% anualizado a fin de enero al 20% a mediados de marzo.
De todas formas, hasta julio el ingreso de divisas fluiría con normalidad porque los productores se verán obligados a vender entre 40 y 50% de la cosecha para pagar los compromisos asumidos y los gastos de trilla y fletes. Pero lo más probable es que en el segundo semestre decidan sentarse arriba de los silobolsas para vender grano a grano.
Allí comenzaría el verdadero tironeo con el Gobierno de no existir cambios en la forma de manejar la economía. Lo cierto es que, en los corrillos financieros, los casi 49 millones de toneladas de soja que se comercializarían este año comenzaron a tener gusto a poco para calmar la necesidad de divisas.
Claro, a los escépticos no les faltan razones para pensar que los métodos y la forma de pensar del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, son inmodificables e inmunes a la influencia de un papa argentino. Al ruido que ya tenía el trigo, le agregó ahora nuevas discrecionalidades, como la libertad de exportar sin ningún tipo de restricciones para los asociados de Capeco, la cámara que creó y le rinde obediencia debida, mientras que los cupos y las restricciones seguirán rigiendo para el resto. O la decisión de recortar el millón de toneladas de exportación de harina a 300.000 toneladas. Nada que transmita confianza para una actividad que viene de sembrar una de las superficies más bajas de los últimos 100 años, con 3,29 millones de hectáreas.
Un calco que se repite en el resto de las producciones. Mientras tanto se postergan los proyectos y las inversiones desaparecen.

RESUMEN


  • 51,3
    Millones de toneladas
    Primera estimación oficial sobre la cosecha de soja del Ministerio de Agricultura de la Nación

LA FRASE


  • “Que los K tengan un gesto de grandeza, que dejen de chicanear”
    Ulises Forte
    Diputado nacional

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