viernes, 8 de marzo de 2013

Vacunas para los bovinos: ¿Una de más y otras de menos?


Sabido es que la industria de laboratorios veterinarios radicada en la Argentina se encuentra -hace años- inmersa en un proceso de mejora continua que le ha exigido a los laboratorios lograr el máximo de eficiencia, en busca de sostener y mejorar su rentabilidad año tras año. En este contexto, las operaciones comerciales que se cierran en los meses de enero y febrero (tradicionalmente “tranquilos”) fueron cobrando especial relevancia dentro del mix de ventas anuales, con el objetivo de no perderle pisada a los presupuestos. Y este 2013 no es la excepción.
Siempre destacando que: si cada rubro del mercado es un “mundo”, entonces cada nicho del negocio es un “continente”; cuando uno habla con los empresarios del sector percibe que -a nivel general- el año comenzó como esperaban: movido.
En el caso del segmento de animales de compañía, las ventas acompañaron un período tradicionalmente bueno no sólo para la industria, sino también para los médicos veterinarios, como lo es el verano. Y esta situación fue similar en el caso de la avicultura e, inclusive, mejor para una producción de cerdos que continúa incorporando tecnología y asesoramiento en sus planteles productivos (quizás por ello se lanzarán una serie de productos específicos en este campo).
La incógnita siempre la introduce el mercado de grandes animales por ser el de mayor facturación, el más politizado, el de mayor “combinación de opciones” en su cadena comercial y el más afectado por cuestiones climáticas, etc,
Elijan ustedes la razón que quieran, pero el negocio ligado a la comercialización de productos y servicios veterinarios destinados a los bovinos (carne y leche) es el que mayor disparidad de estrategias presenta entre sus competidores.

Un cierre no esperado

Antes de compartir algunos datos ligados a lo que podría llegar a ser este año para los laboratorios y asesores que participan del sector ganadero (fundamentalmente los cercanos a los biológicos), vale mencionar que el cierre de 2012 no fue el que muchos esperaban.
Tabla N° 1. Evolución del stock nacional, por categorías.
VacasVaquillonasNovillosNovillitosToros y ToritosTernerosTotal
200322.861.9007.950.2195.939.7474.533.8061.240.8747.282.58256.876.513
200423.076.1488.229.5516.572.3214.539.4811.265.8877.027.73157.870.197
200523.473.8917.907.3786.758.8634.500.1491.293.0006.983.08758.073.423
200624.162.1078.030.3256.464.5824.476.0641.316.7767.393.00259.335.377
200724.352.3898.252.1616.116.1094.700.8641.333.7737.496.35459.780.499
200823.712.1368.203.2424.804.5495.312.1431.255.9577.144.96657.572.551
200922.485.2477.875.6064.663.0785.064.2041.196.3626.629.15054.419.446
201020.540.9727.209.7384.138.2454.470.7931.096.8525.802.95848.938.210
201120.060.1387.303.0253.649.0564.114.6461.029.4606.008.27947.959.980
201221.101.0507.583.4663.423.5703.933.2771.074.2526.496.99349.850.995
Fuente Senasa. Los datos del año 2012 son estimativos y pueden ser superiores.
Tal es así que frente a los aumentos de precios que la cadena comercial estimaba introducir en el mercado, el último (el de octubre) no pudo concretarse en la gran mayoría de los casos. Las razones son variadas, pero lo que sería interesante tener en cuenta es que los precios de los productos y servicios veterinarios no deberían ser incluidos dentro de los aumentos de costos que los ganaderos mencionan por estos tiempos. Menos aún si se analiza seriamente el rol de la inversión en sanidad dentro del mix de costos/inversiones de los establecimientos hoy en día.
Independientemente de esto, se espera que para marzo – abril, las empresas intenten recuperar algo de ese terreno perdido con ajustes que, en promedio, no superarían el 8% y se sostendrían por buena parte del año. Esto en teoría, claro, ya que este mercado nunca se ha caracterizado por ser tan predecible.

Lo que viene, lo que viene

Un índice interesante para medir las expectativas del sector en lo que hace a la incorporación de tecnología en los campos surge de analizar la cantidad de vacunas específicas para la ganadería (sin aftosa) que aprueba año tras año el Senasa.
Abordando esos datos, veremos que en 2012 las dosis en cuestión fueron aproximadamente un 20% superiores a las de un 2011 que había manifestado variaciones mínimas respecto de su predecesor.
Si bien no se evidenciaron mayores cambios a lo largo de estos dos últimos años en las cantidades totales de vacunas contra el carbunclo, las entéricas y las clostridiales simples, es cierta la reducción en las dosis aprobadas para controlar la leptospirosis y el botulismo, por ejemplo.
Por otra parte y más allá de los aumentos expresados en las dosis de vacunas contra la queratoconjuntivitis y también en las reproductivas, son interesantes los incrementos en la cantidad de dosis para el caso de las clostridiales complejas, las respiratorias y la antibrucélica.
Pero profundicemos un poco más. En el caso de las clostridiales complejas, este avance podría deberse tanto a cambios en el portfolio de productos de las empresas del rubro (no olvidemos que se aprobaron menos clostridiales simples), como a la posibilidad de cubrir su potencial de uso.
Por otro lado y en el caso de las respiratorias (cerca de 24 millones de dosis aprobadas en 2012), vale la pena observar la Tabla N° 1 para darse cuenta que inclusive de utilizarse la cantidad total mencionada (con sus dos dosis) se estaría en condiciones de vacunar a bastante menos de la mitad de los animales susceptibles.
Esta tendencia se condice con lo que ocurre en el país a nivel general, donde se estarían aplicando herramientas preventivas en no más del 35% del rodeo para todos los complejos infecciosos.

¿Y la brucelosis?

En este sentido, es interesante mencionar que el año pasado se aprobaron tres millones y medio más de dosis de la antibrucélica en relación a 2011. Recordemos que se trata de una vacuna obligatoria (una dosis) que se aplica sólo en terneras de entre tres y ocho meses, categoría que en el mejor de los casos se habría incrementado en 450 mil cabezas en ese período.
Alguien podría decirnos que las presentadas a control son las mismas dosis que en 2010, pero valdría la pena aclarar que en ese entonces había un jugador fuerte más en el rubro y se venía de un 2009 en el cual inclusive el Senasa le había pedido un cronograma estimativo de presentación de series a la industria puesto que se percibía un faltante importante de vacunas.
Claro que estos son sólo datos de aprobaciones de vacunas que en algunos casos tienen más de un año de vencimiento y que hasta podrían llegar a ser exportadas.
Sin embargo, frente a los rumores de que un jugador tradicional de este rubro estaría próximo a retirarse del mismo y al incremento en la cantidad de dosis aprobadas (casi el doble) en el caso de algunas empresas puntuales, se encienden algunas luces amarillas en lo que hace al juego de la oferta y la demanda que podría repercutir en el precio del producto en la campaña que se encuentra próxima a comenzar.
Alguien hasta llegó a contarnos que se han perdido cotizaciones al mismo precio (o más bajo, inclusive) del que se venía manejando el año pasado, con pedidos de productos que tuvieran fecha de vencimiento más allá de este mes de marzo.
Interesante será entonces, no sólo detenernos en el juego de la oferta y la demanda que puede darse en el rubro ligado a las vacunas antibrucélicas en particular, sino también prestar atención al precio final que los productores terminen pagando por el producto en mano.

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