martes, 7 de mayo de 2013


Alquileres, malezas y rindes definen el clima del próximo ciclo agrícola

Según el informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), la cosecha de soja de primera presenta un avance del 90 por ciento y con rindes de 3,7 toneladas por hectárea.
La pelea por los alquileres, los nuevos costos derivados del crecimiento de la resistencia a glifosato y el aumento de los rindes de indiferencia adelantan el clima del próximo ciclo agrícola. Así lo señaló el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), el servicio de análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según el reporte, la cosecha de soja de primera presenta un avance del 90 por ciento, con rindes de 37 quintales por hectárea. Por su parte, se recolectó el 68 por ciento de la oleaginosa de segunda ocupación, con menores rendimientos. Mientras avanza la trilla, los técnicos de la Bolsa comenzaron a analizar las primeras informaciones sobre los negocios para la próxima campaña.
Con los resultados de la cosecha, el panorama de los alquileres se presenta con variaciones. Por ejemplo, el GEA señala que en Pergamino se observan valores de referencia que van desde los 18 qq/ha de soja para arriba. Incluso se comenta que en áreas que obtuvieron muy buenos rindes, se habla de 21 y hasta 22 quintales.
Pero por otro lado, los demandantes de tierra “esperan algún tipo de baja en los arrendamientos que compensen el aumento de costos de los insumos y costos extras, como esta nueva era de malezas resistentes a glifosato”, señala la Bolsa. Los técnicos prevén que en zonas donde los rindes fueron buenos no habrá bajas y donde los resultados no lo fueron, como en el noroeste bonaerense, sí podría ver algún descuento.
El reporte GEA llamó la atención sobre la “significativa suba” de los rindes de indiferencia, aquellos por debajo de los cuales se produce a pérdida. En muchos casos, señalaron, están “por encima de los valores que se pueden obtener en condiciones climáticas normales”. Y menos si se incorpora el valor del arrendamiento.
En el caso de la campaña de trigo, el panorama está “muy frío”. Según el informe, las cuentas en campos arrendados en algunos lugares dan rindes de indiferencia de 40 quintales por hectárea o más.
“También hay problemas por falta de semilla en el mercado y la que guardó el productor tiene problemas importantes de poder germinativo”, señaló el GEA. Indicó además que la colza puede volver a tener un lugar en las rotaciones de los productores que ya tienen experiencia pero “la cebada estará muy lejos de ocupar la importancia que tuvo el año pasado”.
En cuanto a la campaña actual, la cosecha de soja de primera está por terminar, con un rinde promedio de 37 quintales por hectárea. Las precipitaciones moderadas de la semana frenaron las tareas. El registro de precipitaciones más importante se observó en Córdoba, sobre BellVille, donde el pluviómetro marcó un total semanal de 44,4 mm. El avance de cosecha en soja de segunda es del 68 por ciento y el promedio de rindes es de 25 quintales por hectárea.
“Las diferencias en el manejo de los lotes pesaron fuerte en esta campaña sobre todo en soja de primera donde hubo rindes que superaron los 40 quintales”, describió el GEA, que acotó que “en lotes con condiciones similares, se obtuvieron hasta 10 quintales extras, por ejemplo, por insistir en mantener los controles de plagas pese a que se prolongaban los días sin lluvias durante febrero”.

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