lunes, 20 de mayo de 2013

En la última década, Argentina registró cosechas récord y volvió a ser potencia agroalimentaria



Durante este período se alcanzaron cifras récord tanto en soja como en maíz, y se potenciaron las exportaciones de granos, aceites y biocombustibles.
La soja, que se constituyó en el principal cultivo de Argentina, alcanzó en la temporada 2009/2010 una cosecha récord de 52 millones de toneladas.

En lo que hace al maíz, el otro cultivo que ganó protagonismo de la mano de la cadena de valor, alcanzó la cifra récord de 23,7 millones de toneladas producidas en la temporada 2010/2011.

Para la actual campaña, las proyecciones dan cuenta de un nuevo récord, en torno a 25 millones de toneladas.

Este crecimiento también se vio replicado en cultivos menores, como el arroz y la cebada, que alcanzaron producciones cercanas a las 2 millones de toneladas en el primer caso, y de 5 millones en el segundo.

Este crecimiento se correspondió con el fuerte incremento de la demanda de alimentos que se dio en forma sostenida desde principios de siglo, principalmente por los países emergentes, liderados por China e India.

En este escenario, surgieron nuevos socios comerciales a partir del intercambio de granos, aceites y derivados.

Esto permitió a la Argentina convertirse en uno de los principales exportadores mundiales de aceites y derivados, con envíos a más de 80 países.

De la mano de la creciente demanda de alimentos, se constituyó el complejo agroindustrial más grande del mundo en capacidad de molienda, con empresas nacionales e internacionales, ubicado en la cercanía de Rosario.

Desde el sector público, se apostó fuertemente al desarrollo tecnológico y a la aplicación de políticas diferenciadas para el sector, lo que se concretó con la creación de Ministerio de Agricultura en el 2009 y el de Ciencia y Tecnología en 2007.

En este sentido, en 2011 desde Agricultura se elaboró un nuevo marco regulatorio para los eventos biotecnológicos, y los eventos aprobados pasaron a ser más de 20, con el objetivo de colocar al país en el primer nivel mundial en esta materia.

Sin embargo, este rápido crecimiento no se dio sin tensiones. En 2008, la decisión del Gobierno de instumentar un esquema de retenciones móviles -con mayor porcentaje a mayor precio-, desató la protesta del sector a través de la denominada Mesa de Enlace.

La protesta, que se transformó en un lock out que duró casi 90 días, finalizó luego de que el ex vicepresidente Julio Cobos emitiera su voto "no positivo" en el Senado, que dio por tierra con la resolución 125.

De cara a este nuevo escenario, se dispuso la creación del Ministerio de Agricultura, que apuntó al desarrollo de políticas públicas diferenciadas para el sector y a fortalecer los vínculos comerciales.

Si bien luego del conflicto del año 2008 la relación entre las gremiales del campo y el Gobierno no volvió al nivel de conflictividad mostrado durante el lock out, los vínculos no estuvieron exentos de diferencias ni de la amenaza por parte de los productores de un nuevo cese de comercialización.

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