sábado, 25 de mayo de 2013

Impacto de la densidad de siembra en maíz

Según el ciclo del híbrido, se puede determinar la densidad adecuada.

Uno de los pilares de lograr la excelencia en maíz es el manejo de cultivo. Si bien la mejora genética ha dado pasos gigantescos en los últimos años, el conocimiento de las técnicas más adecuadas de la siembra es fundamental para que los híbridos expresen todo su potencial.
Con esas premisas , el Programa de Mejoramiento de Maíz de la firma Nidera Semillas realizó una investigación que logró determinar las densidades adecuadas para cada híbrido y ajustarlas, considerando el potencial de rendimiento de cada ambiente en particular. En estas evaluaciones, los diferentes genotipos fueron testeados tanto en siembras de primera como en siembras tardías.
"La confiabilidad de los resultados obtenidos surge de haber probado materiales comerciales en 82 localidades, entre las dos campañas evaluadas, cuyos ambientes tenían distintos potenciales de rendimiento", explicaron. Cada ambiente fue clasificado según su rendimiento en "Bajo" (6,5 a 9 toneladas por hectárea), "Medio" (9 a 12 t/ha) y "Alto" (12 a 14,5 t/ha). Las densidades de siembra evaluadas en cada sitio fueron de 55.000, 70.000, 85.000, 100.000 y 115.000 plantas por hectárea. Los resultados fueron ajustados con curvas de respuesta que permitieron determinar cuál era la densidad óptima en cada caso.
Considerando materiales de ciclo corto como AX852 (en versión MG, HX y MGRR2), en siembras de primera realizadas en ambientes con bajo potencial de rendimiento, la densidad recomendada es de 68.000 plantas por hectárea, mientras que en ambientes con potencial medio la densidad adecuada es de 80.000 pl/ha y en aquellos de alto potencial es de 85.000 pl/ha. En tanto que en siembras tardías, el rendimiento estuvo entre 6,5 y 9 toneladas por hectárea con densidades bajas (60.000 pl/ha) y entre 9 a 12 t/ha si se aumentaba la densidad a 67.000 pl/ha.
Por otro lado, se evaluaron materiales como AX887MG, cuyo ciclo es más largo que AX852, y se observó que en siembras de primera, este genotipo soporta densidades de 68.000 pl/ha en ambientes de bajo potencial, de 75.000 pl/ha en ambientes de mediano potencial y que tiene un muy buen comportamiento en ambientes de alto potencial con una densidad de 85.000 pl/ha. En cuanto a siembras tardías, en ambientes de bajo potencial "conviene sembrar 60.000 pl/ha y en ambientes de potencial medio, 67.000 pl/ha", dijeron los especialistas.
En cuanto a material de ciclo intermedio se concluyó que la recomendación es utilizar la misma estrategia que la indicada en el caso anterior.

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