sábado, 4 de mayo de 2013


La estación Basílica, un mojón entrañable

En Luján, una plazoleta recuerda lo que fue la antigua terminal ferroviaria.
"La Empresa que represento, ha estudiado la idea de prolongar, su línea férrea principal, desde la estación Luján, hasta el centro del pueblo... Vengo en nombre de la Empresa del Ferro Carril Oeste...a solicitar del P. E. la concesión del derecho a construir el referido ramal." Nota enviada el 14 de noviembre de 1896, por Santiago Brian, al ministro Emilio Frers. La notificación del Departamento de Ingenieros es favorable. Las gestiones avanzan y se concede la ejecución del ramal férreo.
"El tendido tendrá un total de 1978 metros. El terraplén de la nueva Estación se levantará a 50 centímetros sobre el nivel del terreno, debiendo cercarse con tejido metálico... se establecerá comunicación telegráfica entre las dos estaciones cabeceras..., la empresa habilitará una calle de circunvalación de 20 metros de ancho."
Se iba a utilizar para servicio de pasajeros, encomiendas y equipajes, "pudiendo la Empresa...establecer el servicio de carga". Se aprueban las tarifas: 1a clase, 0,06 ctv. oro, ida y vuelta 0,10 , la segunda 0,04, ida y vuelta 0,06. "La estación Terminal se denominará Basílica." Se libró al servicio público el 5 de febrero de 1900.
Una postal de la Estación contaría que estaba edificada sobre un terraplén. Un tinglado de 60 metros de largo a dos aguas. A ambos lados, contaba con una doble fila de paraísos. Tenía dos vías y una tercera como playa de maniobras. Se completaba la imagen, con el paso a nivel, la garita del guardabarrera y el molino de viento. Para el buen descenso de los pasajeros, entre ocho a diez personas colocaban unos bancos para acercar a los estribos de los coches. La iluminación funcionaba con lámparas de querosene.
Llegaban hasta 25 trenes en un día, especialmente el 8 de diciembre. Fue un servicio condicional, no figuró en los horarios ni en los itinerarios del ferrocarril. La circulación dependía de los pedidos de las agrupaciones religiosas que contrataban día y hora de llegada de trenes y cantidad de pasajeros a trasladar.
En épocas lejanas se llegaba a visitar a la "Virgen Gaucha" a caballo, en carreta, diligencia, a pie o en los pocos medios que tenían los promesantes. Vestían sus mejores pilchas, chambergo, pañuelos de seda, botas, para homenajear y honrar a la Virgencita.
En 1864, con la llegada del ferrocarril a Luján, aumentó considerablemente el número de peregrinos de diversas colectividades. Los italianos organizaron importantes movilizaciones y llegaron a reunir más de 25.000 peregrinos.
El pasaje desde la Estación Once a Luján, de 4,25 a dos pesos. Podían llevar hasta 10 bandas de música, que interpretaban cánticos tradicionales. ¡Todo un atractivo!
Se reservaban lugares para descanso de los peregrinos. Las viandas eran variadas: pascualinas, milanesas, frutas y bebidas. Había horario para misas y procesiones. No faltaban los partidos de fútbol, kermeses y visita a los museos.
El diario LA NACION publicó el 15 de noviembre de 1937 una foto que mostraba la magnitud de estas peregrinaciones.
Desde el año 1945 se realiza, el último domingo del mes de septiembre, la peregrinación "gaucha", para rendir culto a la Virgen.
Recuerdos peregrinos: "Ir a Luján era lo mismo que viajar al desierto, las locomotoras a vapor, con su fogonero...; los rezos acompañaban todo el viaje..., predominaban la alegría y el entusiasmo".
Irene Coppa evoca que en su niñez, en la década del 30, viajaban a Luján y solían tomar el tren a la Basílica. Otra opción era un solo colectivo que no daba abasto. Entonces, su padre decidía ir en "mateo", haciendo que su madre lo regañara, por ser más costoso.
El avance del parque automotor, hizo que decayera el uso del ferrocarril, a pesar de ser el medio más económico, rápido y seguro. El 13 de mayo de 1955, se suspendió el servicio. Funcionó en ocasiones, con gran llegada de peregrinos. Por acuerdos entre la empresa ferroviaria y el municipio de Luján, se resolvió, el 17 de abril de 1956, el levantamiento de las vías y de las instalaciones de la Estación Basílica.
La calle Enrique Udaondo responde en la actualidad a lo que fue el trazado de las vías. En 2010, la Municipalidad colocó unas placas que recuerdan el paso del tren.
La Estación es hoy la plazoleta Antigua Estación Basílica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.