La expansión monetaria de Japón podría mejorar las exportaciones argentinas

Entre los diez primeros productos de exportación, el 70% son alimentos. Los envíos de estos productos podrían aumentarse merced a las políticas expansionistas japonesas cuyo eje es ampliar la capacidad de consumo de la población.

La nueva política de expansión monetaria inaugurada hace cinco meses por el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, disparó rápidamente el crecimiento económico del país asiático.

La nueva política de expansión monetaria inaugurada hace cinco meses por el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, disparó rápidamente el crecimiento económico del país asiático.

En la semana que acaba de concluir se conocieron los primeros datos que, cinco meses después de la asunción de Abe, certifican la existencia de un impulso económico y financiero sustentado en el programa de estímulos monetarios y fiscales del nuevo Gobierno.

Las cifras oficiales dadas a conocer el jueves muestran que el PBI japonés avanzó un 0,9% en el primer trimestre del año con relación al último trimestre de 2012, lo que representa una tasa interanual de crecimiento del 3,5%.

También un 0,9% fue el aumento del consumo privado en el mismo período, en tanto las exportaciones se incrementaron un 3,9%, bien por encima de la caída del 2,9% registrada en el trimestre final de 2012, y superior asimismo al crecimiento del 1% que tuvieron las importaciones.

Si se toma el máximo alcanzado por los valores bursátiles en 1990 -antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y accionaria japonesa- el mercado de Tokio cayó un 75%, mientras que en sólo en los últimos seis meses el Nikkei dio un salto adelante del 70%.

En la base de todo esto se encuentra el plan de expansión monetaria diseñado por el equipo económico de Abe y, en particular, por el presidente del Banco de Japón (banco central), Haruhiko Kuroda.

El objetivo del gobierno pasa por duplicar la base monetaria en dos años, fijando una meta de inflación de 2% anual, una estrategia tendiente a dejar atrás la deflación en la que vive Japón desde hace más de dos décadas.

Con el nuevo gobierno, Japón dejaría atrás las políticas económicas ortodoxas que lo sumieron en décadas de estancamiento, luego de haber disputado el mayor poderío económico global en los años ochenta.

Uno de los pilares de la economía japonesa pasaría por dinamizar el consumo interno que incluye una devaluación del yen, que si bien el gobierno no reconoce aún, registra una caída frente al dólar del 30% desde el mes de septiembre.

La popularidad de Abe, en tanto, ronda el 70% entre los japoneses, y sus políticas económicas han logrado revertir el desequilibrio externo con mejora de las expectativas.

Paralelamente, el Gobierno lleva adelante un programa de estímulos fiscales anunciado en enero pasado y que totaliza 100.000 millones de dólares. Aunque se cree que Japón no ha derrotado aún la deflación y los salarios se mantienen por debajo de lo deseado.

Otra de las metas del plan de Abe es abrir la economía, en línea con las exigencias estadounidenses planteadas desde hace más de una década, un cambio radical que afectaría a la agricultura, al sector energético, quizá a la banca (el bocado más apetecido por el capital de EEUU y Europa) y a sectores como médicos, abogados, escribanos y otros.

En materia agrícola la Argentina podría ampliar sus exportaciones. Japón compra algo más de un millón de toneladas de granos a la Argentina, en especial maíz y sorgo, pero el grueso de las ventas se da en materia minera.

La provincia que más valor exporta al país asiático es Catamarca que concentra casi la cuarta parte de las ventas totales a Japón. En total los envíos a ese país representan entre 800 y 900 millones de dólares anuales.

Entre los diez primeros productos de exportación, el 70% son alimentos. Los envíos de estos productos podrían aumentarse merced a las políticas expansionistas japonesas cuyo eje es ampliar la capacidad de consumo de la población.