domingo, 19 de mayo de 2013

Las economías regionales pierden clientes internacionales


Copal alertó sobre la baja en las exportaciones del interior, que en algunos casos supera el 20%.
Los industriales de la alimentación advirtieron acerca de la pérdida de competitividad de las llamadas economías regionales y aseguraron que en algunos rubros la caída en las exportaciones en lo que va de 2013 superó la barrera del 20 por ciento. De acuerdo con un informe de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), en el primer trimestre del año las exportaciones de alimentos y bebidas registraron una caída de 11,7%, que se suma a la baja de 3,9% con que había terminado 2012.
En Copal destacan que la industria de alimentos y bebidas representa el 25% del PBI industrial y el 28% de los puestos de trabajo del sector manufacturero, y señalan que la situación es especialmente preocupante en algunos rubros de alto valor agregado, como golosinas, que cerró el trimestre con una baja de 22,9%; aceite de oliva (-19,6%); dulces y mermeladas (34,8%); lácteos (-25,6%), y chocolates (-15,1 por ciento). Apenas un poco mejor les fue a la industria vitivinícola -que tuvo un descenso en sus ventas al exterior de 5,8%- y a la pesquera, con una caída de 3,8 por ciento.
Frente al panorama cada más complicado que vive la industria alimentaria en general, las buenas noticias llegan desde el Alto Valle de Río Negro. El sector frutícola inició el año con un fuerte aumento tanto en la producción como en las exportaciones de manzanas -que registraron un alza del 27,5%- y de peras (26 por ciento). Sin embargo, en Copal señalaron que estas subas se explican básicamente porque la medición se realiza contra la muy mala cosecha del año anterior, cuando debido a la falta de mercadería las ventas al exterior de manzanas había caído 35% y las de peras, un 11 por ciento.
A la hora de explicar las dificultades que enfrenta la industria, en Copal afirman que hay una combinación de factores externos e internos. A nivel internacional, la principal preocupación de los industriales argentinos es la contracción en la demanda de algunos destinos tradicionales del sector, como los mercados europeos, aunque en este caso las bajas en las ventas se ven compensadas por el crecimiento de las exportaciones a plazas más nuevas, como el sudeste asiático y África. "Durante los dos primeros meses de este año, las ventas de productos alimenticios hacia esos destinos tuvieron un alza del 24% y 27%, respectivamente. Esto demuestra la importancia de un fortalecimiento de los acuerdos comerciales", precisó el informe de Copal.


"A los factores externos que no podemos manejar se suman los costos logísticos internos que se dispararon en el último tiempo. Hoy el flete para traer un producto desde San Juan o Catamarca hasta Buenos Aires es más alto que lo que se paga para trasladar ese mismo artículo desde un puerto argentino hasta el sudeste asiático", señaló Daniel Funes de Rioja, presidente de Copal.
Junto con los costos logísticos, el otro elemento que desvela a los empresarios del sector alimentario son las negociaciones paritarias y su impacto en los costos laborales. "Aun con una suba acotada al 24 o 25% los costos salariales de la Argentina continúan siendo muy superiores a los de los principales países de la región. Un operario que ocupa el mismo puesto en la Argentina tiene un costo de 14 dólares por hora, incluyendo los costos directos e indirectos, mientras que en Brasil no supera los 9 dólares y en México, los 4", explicó Funes de Rioja.

POLÍTICA CAMBIARIA

El tipo de cambio también es un motivo de inquietud, especialmente en rubros como los vinos o los aceites de oliva, en los que los productores argentinos enfrentan a competidores europeos con excedentes de producción para exportar debido a la menor demanda de sus mercados internos.
"Con el tipo de cambio actual está llegando a un sinceramiento del mercado vitivinícola, que en los 90 llegó a contar con más de 6000 etiquetas a nivel nacional; sólo van a quedar los más eficientes", advirtió Carlos Pujador, gerente general de la bodega sanjuanina Casa Montes.
En Copal igualmente advirtieron que los problemas que enfrenta el sector no se solucionan con una devaluación del peso. "La solución no pasa únicamente por la política cambiaria, y uno de los puntos en los que se puede avanzar es una armonización fiscal, de manera de evitar el crecimiento de la presión impositiva que hoy vemos en materia provincial y municipal", aseguró Funes de Rioja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.