miércoles, 29 de mayo de 2013

Mantenimiento y control de la ordeñadora


Dedicar estimable esfuerzo en el tambo para mejorar la "cadena" de pasturas, la alimentación en general, el nivel sanitario y las reposiciones del plantel entre otros factores y al mismo tiempo descuidar el uso correcto y el mantenimiento del equipo de ordeño es un contrasentido común en muchos establecimientos.
Esto lleva a desperdiciar en buena parte los resultados del manejo que se hizo en aquellos pasos previos, tal vez por no comprenderse bien que debido a un procedimiento erróneo en la "cosecha de leche" se producen fuertes pérdidas de producción que inciden en gran medida en el ingreso total del tambo.
Pocas veces se tiene clara la necesidad de controlar periódicamente la máquina de ordeñar, su funcionamiento, estado e higiene o inclusive de consultar a extensionistas especializadas, concesionarios o técnicos del "service" ante la posibilidad de que, además de algunas fallas y desgastes, el equipo tenga limitaciones propias de su diseño es decir que ya nos haya quedado chico para la producción actual de nuestras vacas o frente a una expansión del tamaño del rodeo con respecto a otras temporadas.
Si se tiene un equipo "subdimensionado" para nuestras necesidades se deben analizar sus inconvenientes y adecuar sus elementos limitantes si realmente es posible hacerlo con reformas y algunos accesorios apropiados. Pero debe tenerse en cuenta que además de cuestiones de diseño lo común es que se adviertan también defectos graves de mantenimiento, de manejo y limpieza.

Los principales problemas que se encuentran son los de bombas de vacío insuficientes, defectos en la regulación, diámetro muy reducido de la línea de leche y la tubería de vacío, mal funcionamiento del vacuómetro, vacío inadecuado y reserva insuficiente de vacío, desgaste de pulsadores, colectores deficientes, pezoneras resecas o de boca ensanchada o floja, etc.
Para corregir estos defectos deben realizarse medidas de mantenimiento tales como: verificaciones diarias en tensión de correas, nivel de aceite, número de pulsaciones, nivel de vacío, funcionamiento de los "chiclers".
Verificaciones periódicas como limpieza del regulador y pulsadores cada una semana o mes según el diseño y polvo ambiental con reposición de partes (membranas o piezas en movimiento) cada 18 meses aproximadamente Reposición de piezas de goma cada 500-1000 horas de uso en el caso de las pezoneras y una vez al año para los tubos largos.
Chequeo periódico con instrumental cada seis meses como máximo.
INTA

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