viernes, 17 de mayo de 2013


 Un tambo cordobés redobla la apuesta
Al sur de Sacanta, en el centro de la provincia de Córdoba, Enrique Piatti puso en marcha el nuevo establo para 700 vacas, con camas de arena y un ajustado sistema de manejo de efluentes que recupera los sólidos, el agua y la arena. El Establecimiento RyE formará parte del Tour Lechero AgroNación, que organiza TodoAgro; y tendrá tres recorridos en julio, agosto y setiembre.

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 LECHERÍA
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Alguna vez un industrial lácteo, miembro de una familia propietaria de más 30 tambos, contaba que con un mismo sistema de producción, en una zona agroecológica similar, alimentando a vacas que tenían la misma genética, con una misma ración a iguales categorías de vacas, con el agregado que en todos los establecimientos los encargados debían respetar un mismo manejo y un mismo protocolo de trabajo y sanitario, había sustanciales diferencias de costos. Es más, -papeles en mano y con una ancha sonrisa-, explicaba que tenía 30 costos distintos.  Es un botón de muestra que el tambo es la ciencia de los detalles, y que a la diferencia la hacen las personas, los manejos. Y no solo las personas que influyen en el tambo, son quienes manejan a las vacas, sino quienes toman decisiones para que -en entre otros temas- se manejen esas vacas. Y un productor lechero distinto, diferente, es Enrique Piatti, el alma pater del Establecimiento RyE enclavado al sur de Sacanta, en el centro de la provincia de Córdoba.
Una anécdota pinta de cuerpo entero a Piatti. En el año 2007, este cronista tuvo el privilegio, junto a 30 productores argentinos, de recorrer tambos y empresas en California y Madison. Mientras el grupo, en general estaba mirando vacas o alimentos, Piatti se detenía en los detalles de una puerta, una cama de arena, o en un sistema para arreglar patas. Mientras nosotros nos asombrábamos con tal o cual historia, me daba la impresión que Enrique sabía qué quería buscar.

Es que un año antes había decidido armar en sus tambos, las pistas o calles de alimentación, ya que, como buen empresario que tiene visión, confirmaba día a día que el valor de la tierra, y la agricultura de precisión le metían una presión adicional al tambo.
El encierre… ¿es un viaje de ida?
“Comencé a encerrar las vacas en el 2006, donde construí tímidamente unas calles de alimentación y desde ahí no pare. Son 7 años de inversión y de apostar a un sector”, apunta Piatti.
En la década del `90, como muchos en su zona, este productor sacantino sostenía un sistema pastoril. “Luego empecé a suplementar cada vez más con silos, hasta que finalmente, paradójicamente  a instancias de un neozelandés que me visitó en una oportunidad, tomé su ejemplo y generé unas callecitas de 50 metros, donde alimentaba a los rodeos, como previo paso a la sala de ordeñe donde se brinda pequeños suplementos.  Eso me motivó para luego hacer calles de 100 metros,  y después en 2007 las encerré definitivamente y ahí comencé a ver resultados productivos concretos y reales lo que me siguió motivando para seguir avanzando en la intensificación”.
Poco después Piatti, techó esas pistas de alimentación y armó un dry-lot, pero en 2010 un fortísimo viento (el tambo está enclavado en un corredor donde son frecuentes eventos ciclónicos) se llevó puesto el techo y mató varias vacas. Pero no la idea. “Después del siniestro climático del 2010 estuve especulando durante un tiempo si techaba esa zona nuevamente y tome la decisión de hacer lo que está a la vista”.
Ver lo que construyeron los propietarios del Establecimiento RyE en tan poco tiempo, impresiona. “Éste es un establo con 650 dormideros o camas de arena en este caso. Con una capacidad de 700 vacas en ordeñe. Tiene 210 metros de largo por 31 metros de  ancho, con una estructura de hormigón premodeldeado. Hay que tener en cuenta que estamos en una zona de tornados, y en 2010 tuve una desafortunada experiencia en ese sentido, por lo cual prevenir antes de que pasen es lo mejor”.  El diseño de hormigón es de la empresa Astori, con un trabajo especial articulado con un montaje que se empezó en 2011 y por estos días se están terminando.
Pero Piatti no solo se preocupó por el lugar donde debe proporcionársele bienestar a las “fermentadoras con patas”, sino en el eslabonamiento siguiente. “A partir de una planificación previa, me quedo una zona que le llamo el inodoro, donde van todos los efluentes, el agua y la bosta y la arena de las camas. Entonces ahí tengo la posibilidad de separar la arena primero, luego el agua con los sólidos, y después hay un sistema de separación;  mediante el cual, el agua sigue su curso y la reciclo, y la reutilizo para el lavado. La arena que se separa también la reutilizo en este caso para las camas y las calles. Y el sólido es removido y capturado por una bomba y pasa por un sistema de extrusado, y a partir de allí se lo prepara para abono, aunque en un futuro ese abono o los restos del bosteo de las vacas también lo puedo secar y utilizar eventualmente en reemplazo de la arena. Eso quizás lo pongo en marcha a partir de los meses secos, desde agosto en adelante”, afirmó el productor.
La estrategia agrícola
Polémico, frontal, Piatti ha dado el debate en cuanto ámbito se lo haya invitado acerca de la conveniencia de encerrar y asociar los mejores paquetes agrícolas al tambo, aunque esta convicción no signifique una receta. “Años atrás creía que había que desterrar a la alfalfa, pero el año pasado reincorporé a la alfalfa como fuente de proteína para bajar costos y para sobrevivir. Además en la zona se ha desarrollado todo un sistema de contratistas, que tienen excelentes servicios en cuanto a la calidad de su producto. Y así tenemos la posibilidad de tener los megafardos hechos más que a punto, tenemos a la alfalfa como una alternativa de proteína de gran valor. Ese es el cambio que hice, es decir incorporé  60 hectáreas el año pasado, más 60 este año, en una rotación agrícola que ahora es trigo, soja, maíz y alfalfa”. A los verdeos de invierno los había utilizado al principio, “pero ahora no los empleo más. Al trigo lo uso como agricultura pero no como  reserva, la paja del trigo es lo que uso para suplementar algunas categorías”.
Si bien Piatti va armonizando su sistema, todavía le quedan muchas asignaturas pendientes, entre ellas, una mejora en la producción individual. “He transitado por distintas dificultades que me han servido de aprendizaje. Tuve producciones individuales superiores a los actuales, pero en esta etapa, apunto al volumen, al crecimiento, y vivo incorporando animales y quizás algunos no tienen una gran selección genética pero que me dan la posibilidad de ir completando este establo con un acuerdo, pero también incorpore un plantel con gran genética.  Mi desafío es tratar de bajar y licuar costos por otros lados, por ejemplo con los animales, y por eso apunto  a la escala”. Su producción individual está entre 25 y 26 litros, aunque el norte son los 10.000 Kg. por lactancia, que con 305 días, significan 32-33 promedio, que los vamos a alcanzar en un tiempo”.
Piatti insistió en muchas oportunidades que su apuesta es a largo plazo y que lo que construyó, tanto en establo como efluentes y sala de ordeñe es para 20 años. “Entonces va a llegar el momento en que el objetivo se va a cumplir, son etapas que hay que ir cumpliendo”.
Las nuevas instalaciones  significaron una inversión de  5 millones de pesos, reconoce Piatti.  “En cuanto al sistema de efluentes, opté por un equipamiento que me salió $200.000 hace un año y medio, y me quedé con ese porque considero que es el mejor en términos económicos y en cuestiones ambientales”
El futuro del tambo argentino
Preguntado sobre el futuro del tambo en Argentina subrayó: “Van a convivir en un futuro los distintos sistemas en la Argentina, porque tenemos suelos y climas para todos. Seguramente en algunas zonas no tienen opciones que sea pastoril, pero en la región que estoy ubicado, en esta zona los tambos que queden, serán tambos estabulados por una cuestión de aprovechar al máximo todos los recursos, para hacer más eficiente al uso de la tierra. Incluso más eficiente la conversión y la vaca también”.
Respecto a la evolución de la lechería, dijo: “No veo que haya gente que se convierta en tamberos o lecheros en un futuro, salvo honrosas excepciones. El año pasado afrontamos, en particular en esta zona, la falta de milímetros de lluvia, en los momentos adecuados;  y ahora se revirtió el tema climático. Pero tenemos que afrontar el tema adverso de los costos que va a pegar fuerte. Y ahí una de las cosas que nos quedan al alcance de la mano es pelear el costo de los alquileres, hay campo que se van a ofrecer a más bajos precios, por eso es probable que este saliendo gente del negocio porque los números no dan. En el caso de los campos que yo alquilo, el año pasado logré bajas del 10% y este año espero lograr otra baja de por lo menos otro 10%”.
Por José María iachetta – Redacción TodoAgro

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