sábado, 4 de mayo de 2013

Una temporada de altos y bajos para el arándano chileno


Clima jugó en contra de la condición del arribo del producto a los distintos mercados mundiales
Una temporada de altos y bajos experimentó el arándano chileno. Lluvias en diciembre, altas temperaturas en enero y precipitaciones en febrero dieron forma a una campaña, que a pesar de las inclemencias del clima, finalizó con envíos en torno a las 86.490 toneladas, un 23% más en comparación al ejercicio anterior y un 9% superior al estimado. shutterstock_32490223
La temporada se inició con poca fruta en los mercados, lo que provocó un aumento histórico en los despachos aéreos. Luego las lluvias no sólo retrasaron las labores de cosecha, sino que también afectaron la condición de la fruta, ya que la lluvia generó condiciones favorables para el desarrollo de hongos.
“Creo que desde esta perspectiva ha sido de las temporadas más complicadas que se tenga recuerdo. Reembalajes en destino fueron habituales y hay altas tasas de fruta rechazada”, señaló Andrés Armstrong, gerente del Comité de Arándanos de Chile, quien destacó que los problemas observados se vieron en general en todos los mercados.
“Lo positivo es que la demanda por arándanos sigue creciendo en el mundo cada año”, dijo.
Joyti Bohal, Sales Manager de Berry Fresh en EE.UU comentó a PRA que la temporada chilena presentó muchos desafíos, desde el principio hasta el fin, en términos de calidad.
“En diciembre hubo una tormenta de granizo en Chile central durante el peak de la cosecha. La zona central de Chile fue golpeada por fuertes lluvias antes y después de Navidad”, dijo.
“Esto condujo a problemas de calidad importantes en enero y principios de febrero. En el sur hubo dos semanas en enero con lluvias, seguidas de temperaturas muy altas que también afectaron la condición de la fruta a su llegada a EE.UU”.
Para Bohal el clima jugó un papel muy importante en la calidad del fruto, lo que provocó una tasa de rechazo mayor esta temporada en comparación a las anteriores.
Consultado respecto a si esta fue una temporada complicada para la fruta chilena, Bhogal dijo que el clima, junto con los mayores volúmenes para el mercado en fresco versus para el congelado, hizo que las cosas se complicaran, ya que  tuvieron que vender una gran concentración de fruta en un lapso muy corto de tiempo.
En cuanto a la demanda por la fruta, Bhogal dijo que esta se mantuvo fuerte durante enero y febrero. “Algunos factores que contribuyeron a esto fue la falta de frutillas debido al mal tiempo en California durante la temporada de invierno”, detalló.
“A pesar de la dura temporada estábamos muy entusiasmados con el aumento del volumen y la habilidad de los minoristas para consumir ese aumento. Sigo siendo muy optimista respecto a la categoría, ya que todavía parece estar creciendo en el consumo”.
Por su parte Brian Bocock de Naturipe Farms señaló que el comienzo de la temporada fue “bueno a bastante bueno”, pero que una vez que aparecieron las lluvias en diciembre y el calor en enero aparecieron los problemas de condición.
Para Bocock esta fue una temporada complicada debido a la calidad de la fruta. Detalló que la demanda fue buena por el producto de buena calidad, pero que hubo tanta fruta de baja calidad que la demanda por esa fruta fue menor.
“Me preocupa que los consumidores en EE.UU sigan exigiendo arándanos chilenos debido a la calidad. El efecto a largo plazo de una mala calidad es que los consumidores mirarán a otras frutas para llenar esa necesidad. Como industria tenemos que mejorar nuestra calidad”, sostuvo.
De acuerdo a Isabel Quiroz, directora ejecutiva de iQonsulting, los frecuentes arribos con fruta sensible o con mala condición en destino se produjeron porque no estaba el estímulo del precio congelado que años anteriores jugó un papel importante atrayendo parte de la producción que no tenía capacidad para viajes largos.
“iQonsulting estimó que una porción en torno a las 6.000 toneladas deberían haberse congelado y se desviaron a fresco. Esto implicó que se alteró la estimación para fresco, estimada en 80.000 toneladas”, dijo.
“El problema es que la fruta se ve bien en Chile, pero no tiene la capacidad para arribar en condiciones perfectas como requiere el mercado para, al menos, tener una semana de venta. Esto implicó mucha fruta enviada a reembalar, con la consiguiente pérdida de valor y esta última temporada, por primera vez, no se vio un incremento de precios en el término de la temporada, sólo por efecto de los continuos arribos con fruta sensible”.
Para el gerente del Comité de Arándanos de Chile todavía queda trabajo por hacer para enfrentar los eventos climáticos y es fundamental contar con herramientas efectivas para disminuir el impacto en la producción.
Junto con esto están los retos por lo que pasa el sector, como es la capacidad de procesar los volúmenes que se están produciendo en Chile, ser capaces de proveer un producto consistente y satisfactorio para los clientes, que permita desarrollar mercados que tanto se necesitan para el arándano chileno.
En todos los mercados crecieron los despachos. Se destaca el crecimiento de Asia – sobre el 50% – con la entrada de China y Corea. Sin embargo EE.UU sigue absorbiendo los mayores volúmenes de crecimiento.
“Si Asia creció en 1.600 toneladas y Europa 3.000, el crecimiento de Norteamérica fue sobre 11.700 toneladas”, dijo Armstrong.
“Sin embargo, todos estos volúmenes son lo que hemos despachado desde Chile, la pregunta que queda es cuánto de lo que exportamos finalmente llego a los hogares de los consumidores. El mercado no acepta mala condición de llegada, punto”.

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