sábado, 6 de julio de 2013

Campesinos salteños le dan identidad a su trabajo y suman valor

La organización Comunidades Unidas de Molinos presentó la marca CUM, con la que comercializará sus productos.

SALTA.- Con el objetivo de hacer visible ante la sociedad el saber hacer, la diversidad y la riqueza de la agricultura familiar, la organización campesina Comunidades Unidas de Molinos (CUM) presentó en esta ciudad, el 14 del mes pasado, la marca CUM, con la que comercializará artesanías textiles y prendas de vestir en una primera etapa, y alimentos tales como quinoa, mote, maíz pelado, maíz tostado, kiwicha, pimentón y nueces, entre otros, en una segunda etapa.
El acto, que se desarrolló en el Centro Cultural América, a metros del Cabildo y de la catedral de Salta, tuvo como punto alto un desfile de moda en el que se presentó la exclusiva línea de indumentaria femenina confeccionada en forma totalmente artesanal con telas de barracán y picote, además de sacones tejidos a dos agujas. A medida que las modelos exponían las prendas, y más aún en el cierre del desfile, cuando campesinas y campesinos salieron a saludar al público como hacedores de la colección, la emoción se reflejó en rostros surcados por lágrimas de orgullo ante el reconocimiento de un trabajo gestado en lo profundo de los Valles Calchaquíes, el ámbito de las más de 350 familias de las 16 comunidades que integran la CUM.
A la par de los campesinos trabaja un equipo de técnicos de la Agencia de Extensión Rural (AER) Seclantás del INTA y de la ONG Red Valles de Altura. Todos, con sus conocimientos y experiencias, aportan ideas y las llevan a la práctica de manera de generar opciones que impulsen el buen vivir de las familias en sus territorios.
Y entre esas opciones, la marca CUM es un paso adelante. "Representa un logro colectivo que pone en valor y visibiliza las producciones, la diversidad de las mismas y el saber hacer. Además, permite llegar a un mercado que puede reconocer el bagaje cultural que tiene cada producto campesino, que proviene de una organización que promueve valores solidarios, de inclusión, arraigo de los jóvenes al territorio, armonía con el medio ambiente y que busca dignificar la vida en el campo", destaca Eloísa Ferro, veterinaria del INTA. Agrega que la marca CUM es el resultado del proceso organizativo. "Lo que en un principio fue organizarse para salir a una feria y generar un dispositivo comunitario de comercialización (elección de referentes; control de calidad; diseño de etiqueta común; registro y acopio de los productos; fijación de precios justos, y rendiciones), hoy derivó en esta nueva herramienta."
Del intercambio entre campesinos y técnicos surgió la iniciativa de crear espacios para extender los conocimientos. Así nacieron las escuelas campesinas, que ya abordaron temas de agricultura, ganadería, uso del agua y de artesanías. "En 2009 comenzamos a participar en la escuela campesina de artesanías. Allí aprendimos a usar nuestras propias lanas y dejamos de comprar lana industrial. Desde entonces, la materia prima es nuestra. Además, sumamos cosas nuevas, como el tejido a dos agujas y el fieltro", dice la campesina Elva Morales. El fieltro es una técnica nueva para los campesinos. En ella se emplea el descarte de la lana. "Se trabaja con una cardadora que limpia la lana; se la remoja con agua y jabón, y se la va amasando hasta que queda compacta. Recién ahí se la puede trabajar para hacer, entre otros productos, alfombras. Con esta técnica se usa toda la lana; nada se desperdicia", cuenta el campesino Paulino Rueda.
A su lado, Santos Velásquez destaca que el hecho de usar lana de ovejas de las propias comunidades agrega valor a la producción ganadera; reduce los costos y mejora el ingreso de las familias. "Los conocimientos adquiridos nos permiten revalorizar lo cultural y, a la vez, mejorar la venta de los productos. Para esto último se trabajó en mejorar la calidad, sobre todo a partir del ida y vuelta que tuvimos con los compradores en las ferias en las que participamos, tanto en Salta como en el resto del país." El campesino asegura que el conocimiento adquirido dentro de la organización les posibilitó pelear un precio justo para sus productos y evitar el trato desigual de los intermediarios.
En ese sentido, Marcela Duhalde, diseñadora de indumentaria que forma parte del equipo del INTA, explica que "los intermediarios pagan el tejido de barracán hasta $ 60 por metro lineal, mientras que en la CUM el precio es de $ 200, es decir, un 233% más". Y agrega que "un saco de los que estamos haciendo, que insume 2,5 metros de tela, no vale menos de $ 1500. Ahora esperamos que con la difusión del trabajo podamos acceder al mercado de consumidores de moda, generando un flujo acorde con las posibilidades de producción de los artesanos campesinos y que la venta directa del producto final haga la diferencia para cada familia que participa en esta cadena productiva. Hay que destacar que el aumento en el precio del producto final ha llevado a la actualización de todos los precios intermedios". Natalia Rosa, también del equipo del INTA Seclantás, explica que el emprendimiento es integrador, dado que quienes no tejen igual participan en la cadena de valor textil. "Unos venden el vellón, otros hilan y otros tejen. Así se generó un circuito interno de comercialización muy importante." A modo de síntesis, valen las palabras de Vitalia Yapura, campesina de la CUM: "Esta forma de trabajar cambió mucho nuestra situación, dado que las cosas se venden mejor y se obtienen más ingresos para las familias. Por eso hoy hay ganas de seguir adelante".

DE LOS VALLES DE SALTA A PALERMO

  • Caminos y Sabores
    Desde hoy y hasta el martes, la CUM estará presente en el stand de Salta en el Camino de la Tradición de la muestra que se hace en La Rural de Palermo.
  • Contacto
    Para contactarse con la CUM, (03868) 498015 o a través del correo electrónicocum.salta@hotmail.com.
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