domingo, 21 de julio de 2013

En donde todos quieren estar

"¿Y vio... Vio que la Rural al final se hizo, nomás?", le decía un gaucho de los pagos de Daireaux a un paisano cercano, mientras tenía un cerdo fajado, acollarado en la mano izquierda. Sin largar el tabaco continuaba hablando; mientras, un padre de familia, oficinista y bien porteño, ingresaba por la puerta de Plaza Italia y le explicaba al hijo: "Vas a ver..., esto es parecido a lo que tuvo el abuelo cuando ordeñaba en la chacrita de Cañuelas."
Es que abrió "Palermo" y, tanto a gauchos como porteños nos sigue sorprendiendo, porque frente a un padre didáctico también se puede oír algo de un adolescente "medio avispado": "¡Dale, entremos que esta bueno, si hasta hay un gallo loco que cacarea rock and roll!" Y, en la puerta de Sarmiento, las señoras venden rifas de, "no sabemos para que".
La Rural es todo, no sólo porque es la exposición más visitada el país, sino porque esta muestra exhibe, como ninguna, ¡al país! ¿Será por eso que todo el "mundo" quiere ir; que se piden entradas gratis hasta molestar y que, finalmente, todos quieren estar? Este cronista la conoció de chico y, después como "periodista viejo". La vivió, desde los antiguos galpones, el stand globo de la CAP (carne), La Cantábrica (molinos) o las cocinas Istilart.
Pasó entre las filas de reproductores de Gutiérrez, de La Nicolasa o La Danesa de Firpo, mientras, por el resto de la muestra avanzaban las máquinas de Vasalli, Fiat, Mainero, John Deere y tantas más. Atracciones para muchos y pesos pesados de todas las categorías. Una Argentina que quiere seguir viviendo con carne, mate, rastra, alpargatas, botas, tiradores y folclore. Lo muestra la gente de Buenos Aires cuando lleva a sus chicos a ver una vaca de ordeñe a Palermo; lo muestra la gente del campo que quiere estar en Palermo. También, los que quieren mirar y ser vistos. Por eso lo social, del Paty al choripán; del vino en vaso de plástico a la copa de cristal. Y allí, en el medio, el restaurante Central, en donde se vivieron los mejores almuerzos, remates, entregas de premios y bailes. El lugar que vivió el furor con Malenchini y Ochoa, frente a las admirables parrillas de Taverna o Tito Marchesano. ALPI nos sigue mejorando el alma con una exquisita cazuela barata y el recuerdo de su infalible empujadora: May Moore. A la hora del copetín, estaba el "Negro" Raúl Suárez y sus "Tom Collins", los coloraditos siguen en el Central.
Momentos de antes, momentos de ahora y, por favor, no hacer a un lado a las inigualables promotoras, que, aunque de maquinarias no sepan casi nada, las "calzas" y minifaldas les perdonan la ignorancia. Entonces ¿Quiénes no quieren un día de campo, vacas, copetines, bifes, nostalgia, negocios, hacienda, maquinarias y..., terneza rural?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.