lunes, 15 de julio de 2013

Los contratistas, “en decadencia”

El presidente de FACMA pintó un panorama sombrío para la actividad. Altos costos, baja inversión y los honorarios por los servicios como variable de ajuste se juntan en una combinación indeseable.


Los ajustados números con los que trabajan las empresas agropecuarias se manifiestan también en la actividad de los contratistas. Hay casos, incluso, en el que se ven obligados a vender sus maquinarias ante la descapitalización que sufren. El presidente de FACMA, Jorge Scoppa, dio un panorama pesimista sobre la situación de sus representados, y pide menores ganancias para el rentista y mayor para el contratista y el arrendatario.

“Venimos en decadencia. Desde el año pasado la situación se va agravando”, disparó Scoppa, y prosiguió: “Es la consecuencia de la menor inversión que se está haciendo. Si tenemos que mirar algo positivo es que la inflación de los últimos dos años fue amortizando todo lo que se compró a tasa reducida del 6,5% del Banco Nación. Eso es, dentro de lo pobre que estamos, lo único que nos favorece. El que no tiene acceso a un crédito blando o tiene que renovar está muy complicado”.

Con respecto al último informe de la consultora IES, que afirmó un crecimiento del 25% en la importación de maquinaria, analizó: “En las últimas compras han hecho stock las industrias porque es probable que después no se importe. La balanza comercial va a dar un déficit grande. Lo único que se venden un poco son los tractores. Las cosechadoras están semi paradas”.

“A muchas industrias les había ido muy bien, les quedó un colchón de ganancias pero hoy tenemos datos que suspendieron horas extras”, agregó.

Los contratistas, ante este panorama, optan por deshacerse de sus herramientas de trabajo. “Al margen de lo caro que están, no es rentable el negocio. Siempre el último eslabón de ajuste es el contratista. Ni hablar si caes en manos de un pool: Al final de cuenta te da pérdida cuando te pelean el precio. Se está trabajando por debajo de los costos”.

Scoppa pidió como solución a este problema “aumentar la producción. Hace cuatro años que estamos por debajo de las 100 millones de toneladas. Eso no le sirve al contratista ni al país. Apuntar a un trigo en zona de Tandil o Balcarce tiene 30 a 40 quintales de costo para tener 50 quintales o 60, lo cual es mucho riesgo. Si hace una soja de 3500 kilos es más rentable que hacer trigo”.

Por último, adelantó: “Estamos preparando un proyecto porque el año que viene se va a tratar la ley de arrendamiento. La solución de nuestro país estaría por una nueva ley. El que mejor está es el rentista del campo, que se lleva toda la ganancia liquida neta y no sufre. Nosotros, que alquilamos campos y pagamos altos alquileres, hoy salimos hechos”.

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