Diversidad de intereses a lo largo del continente
Desde su comienzo en 2009, el Programa de Fruta Escolar de la Comisión Europea (CE) se ha extendido a 55 mil escuelas y a 8 millones de niños, a excepción de sólo tres estados miembros. Las reformas de la Política Agrícola Común (CAP por su sigla en inglés) contemplan elevar la contribución de co-financiación de la CE en €60 millones (US$ 78 millones), en momentos en que las crisis económica han obligado a recortes presupuestarios en varias áreas. En PRA conversamos con Raquel Izquierdo de Santiago, de la European Fresh Produce Association (Freshfel), sobre los positivos impactos que ha tenido la iniciativa en el consumo de frutas y verduras. 
Si bien los documentos de Comisión Europea aún no permiten dibujar “conclusiones definitivas” sobre el programa, las evaluaciones muestran que este ha sido exitoso en los países participantes, con fuerte potencial para seguir mejorando los hábitos alimenticios de padres y niños.
“Las cifras son muy impresionantes, especialmente si consideramos la situación económica y el hecho que los estados miembros están cortando presupuestos por diferentes razones”, comentó Izquierdo de Santiago quien lidera la división de ley alimenticia, nutrición y salud de Freshfel.
“La forma en que funciona es que la Comisión Europea co-financia parte del programa. Depende de la cantidad de niños en cada estado miembro y el desarrollo económico de estos, pero básicamente cubre el 50% del presupuesto del programa”.
“En la actualidad, eso significa que la Unión Europea está invirtiendo €90 millones por año y esto coincide con el financiamiento de los estados miembros”.
Nos detalla que los fondos restantes pueden venir del gobierno o del sector privado, con un montón de compañías productoras dando frutas y verduras a niños o participando en las medidas de acompañamiento obligatorias de la CE, las cuales son propuestas para cada presupuesto y pueden incluir iniciativas como visitas a granjas, materiales de aprendizaje, juegos y sitios web interactivos.
Izquierdo de Santiago menciona que sólo Finlandia, Suecia y Reino Unido decidieron no formar parte del programa.
“Reino Unido ya tiene un programa escolar así que prefirieron mantenerlo a nivel nacional, antes que unirse al programa de la Unión Europea”, dijo.
Para evitar confusión en torno al nombre del programa, ella enfatiza que este también incluye vegetales.
Diversidad a lo largo del continente
La forma de aplicar el programa de los distintos países varía. La CE ha recomendado una diversidad de 5 a 10 productos para mantener a los niños interesados, pero menciona que puede ser difícil continuar en estados donde prefieren productos locales.
Por ejemplo, Eslovenia prefiere frutas y verduras de producción integrada u orgánica mientras que el estado alemán de Baden Wurttemberg sólo busca productos frescos “de manera de enseñar a los niños habilidades para preparar alimentos cada día, como enjuague y cortar”. En otros lugares como en Rumania hay un fuerte enfoque en las manzanas.
Izquierdo de Santiago destaca que los mayores beneficiarios del año 2013-2014 serán Italia (€20.5 millones), Polonia (€13.6 millones) y Alemania (€12 millones).
“Es interesante saber quiénes usan más, pero eso va de la mano con la población que tienen”.
Rumania fue el tercer mayor beneficiario en 2012-2013, pero su financiamiento de la CE caerá al menos un 50% a €4.9 millones. De cualquier modo, este sigue siendo mayor que el financiamiento de España y Francia, quienes tienen más que el doble y el triple de la población de Rumania respectivamente.
En términos per cápita, los mayores beneficiarios son Hungría, Letonia, Lituania, República Checa, Eslovaquia, Polonia e Italia.
Croacia, el nuevo participante de la Unión Europea también se beneficiará con el programa con €1.1 millón in 2013-14.
Contrario a la campaña de Estados Unidos “fast-moving Let’s Move! Salad Bars to Schools” actualmente el esquema europeo se ejecuta más allá de los comedores.
“Se ha hecho a propósito porque lo que ellos quieren con el programa es llamar la atención hacia frutas y verduras. No se hizo sólo para mejorar los menús de los comedores”, dice la directora de Freshfel.
“Está hecho en términos de bocadillos, en la mañana o en la tarde, eso depende del país. La idea es que sea un evento aparte de la experiencia en los comedores y como medida de acompañamiento, sin embargo, no hay una norma para ello”.
A nivel cultural, dice que el programa ha permitido aumentar el consumo de frutas y verduras en las familias.
“Los niños llevan a casa lo que aprenden del programa y motivan a sus padres y familiares a consumir más frutas y verduras”, dice.
“Así que, en ese sentido, como la motivación del programa es lo que, básicamente, aumenta el consumo de una dieta saludable, esto necesita mantenerse”.
Propuestas para el crecimiento
Izquierdo de Santiago destaca que la propuesta de la CE de mejorar el presupuesto del Programa Escolar de Frutas a €150 millones se encuentra ahora en manos del Parlamento Europeo y el Consejo Europeo.
“Es otra gran señal de que le están dando la importancia que merece, el aumento del presupuesto en realidad tiene el objetivo de incrementar el co-financiamiento de la Unión Europea, porque en la actualidad, la parte que está co-financiada es el funcionamiento del programa, no las medidas de acompañamiento, que son obligatorias”.
“Esto servirá para que la Unión Europea también participe en la co-financiación de las medidas de acompañamiento. Ese es un punto importante, porque ya que son una parte obligatoria del programa, a algunos estados miembros les resulta más difícil conseguir parte de la co-financiación para cubrir las medidas de acompañamiento”.
“Lo que esperamos es que si el presupuesto se aumenta, la Unión Europea tendrá más voz en las medidas de acompañamiento, lo que también servirá para analizar cuáles son las mejores prácticas y qué medidas de acompañamiento son las más efectivas.
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