viernes, 5 de julio de 2013

Sería bueno no quemar caña en esta zafra


Se debe insistir en las ventajas técnicas que tiene no quemar los cañaverales. También hay que pensar en los beneficios al medio ambiente y en que este residuo puede, en algún momento, ser también una salida económica.
Actualmente, la actividad cañera está en pleno movimiento de sus trapiches, pudiéndose ver en todo el territorio provincial la circulación de los camiones y tractores con la cosecha de caña, y en los campos cosechados los restos de cosecha, que en algunos casos están siendo recolectados para dos actividades totalmente diferentes. La energética y la alimentación de ganado.


Actualmente, la actividad cañera está en pleno movimiento de sus trapiches, pudiéndose ver en todo el territorio provincial la circulación de los camiones y tractores con la cosecha de caña, y en los campos cosechados los restos de cosecha, que en algunos casos están siendo recolectados para dos actividades totalmente diferentes. La energética y la alimentación de ganado.
En el caso de la alimentación del ganado, se da porque los campos ganaderos no tienen pasturas en esta provincia, y de otras vecinas poco y nada tienen para alimentar a los animales. Es cierto que los restos de cosecha de la caña de azúcar tienen muy poco contenido proteico, pero la fibra presente sirven por lo menos para dar de comer a los animales en estos momentos tan críticos por los efectos de las sequías en la región.
En el caso de lo energético, es para poder alimentar las calderas de los propios ingenios y otras fábricas, debido a la faltante de gas natural, sobre todo por las restricciones en el consumo de gas por parte de los ingenios, que seguramente avanzará a medida que el termómetro baje a valores cercanos a 0°C, ya que el consumo se desvía a los centros urbanos en detrimento de las fábricas tucumanas.
Es necesario decir que el uso de combustibles alternativos al gas o al fuel oil están al alcance de las manos de los industriales azucareros y citrícolas. Sólo deben agudizar el ingenio y tomar decisiones de inversión, para poder utilizarlos y escapar de los cortes del suministro energéticos los que ya estamos acostumbrados. Pero el tema de hoy pasa por otro lado.
El frío se hace esperar
Todavía el frío no llegó. Esperamos que este invierno sea benévolo para los productores, no sólo por los daños que pudiera ocasionar directamente a los cultivos, sino también por los efectos secundarios que origina a la caña de azúcar, y que cobra importancia ecológica. El efecto del frío trae como consecuencia un daño en el follaje y en la caña, según su intensidad y duración. El daño en la caña, hace que los cultivos puedan entrar en un estado peligroso en cuanto a las quemas que, año tras año, se pueden ver en los cañaverales y campos tucumanos.
Es cierto que actualmente existen leyes que prohiben la quema de los cañaverales, y que existen campañas, por parte de las autoridades provinciales e instituciones de investigación, para que no ocurran estos fenómenos provocados por el hombre que afectan al cultivo y al medio ambiente circundante. Los inconvenientes también alcanzan a los tendidos eléctricos, que para colmo ya tenemos problemas energéticos, por lo que el fuego pueden generar aun más inconvenientes.
La quema de caña
En diferentes informes, que todos los años el INTA Famaillá presenta en diferentes momentos de la zafra azucarera, muestran que los focos ígneos durante la zafra se dan de acuerdo a cómo se van presentando las heladas y sus respectivos daños. La práctica de la quema del cañaveral, antes y/o después de la cosecha, se continúa utilizando en la Argentina y otros países productores de caña de azúcar, aunque se realizan esfuerzos para eliminarla en todo el mundo.
Como dijimos, la combustión del material vegetal contamina la atmósfera con elevadas emisiones de gases y hollín; provoca diversos problemas de salud en la población; favorece las pérdidas de carbono (C) y nitrógeno (N2) del suelo, por volatilización, y genera dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero.
Debe destacarse que a pesar de que ya se lleva una buena cantidad de días con la zafra azucarera, la quema de cañaverales todavía se muestra más baja a lo que el tucumano está acostumbrado.
Esto fue favorecido porque no ocurrieron heladas importantes, lo que permitió que no existiera material vegetal en condiciones de ser quemado.
Lo real es que los productores cañeros están a tiempo de organizarse y poder tomar los recaudos necesarios para evitar incendios en sus campos, con un adecuado rastreado de los callejones, cuidar que los campos ya cosechados conserven una cubierta vegetal sobre el suelo y, de alguna manera, poder utilizar parte de esta cubierta como combustible alternativo o pastaje, tan necesario en estos momentos.
Se debe insistir en las ventajas técnicas que tiene no quemar los cañaverales. También hay que pensar en los beneficios al medio ambiente y en que este residuo puede, en algún momento, ser también una salida económica.
La creación de conciencia en la "no quema" debe ser dirigida a todos los sectores de la sociedad en su conjunto y, en esto, las autoridades provinciales y la dirigencia, en general, son los principales actores en difundirla.

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