sábado, 13 de julio de 2013

Temporada de caza de oportunidades

En la medida que nos vamos adentrando en el tradicional "mercado climático" estadounidense, también nos vamos dando cuenta de que el tiempo de las oportunidades comienza y, en menos de lo pensado, termina. Entonces, la expectativa logra su máxima expresión, los gradientes de volatilidad se incrementan y las oportunidades afloran.
La pregunta clave sería: ¿cómo es posible identificar un interesante momento de precios? La respuesta no resulta para nada fácil. Pero en la medida que los mismos logren capturar rentabilidad, habría que tomarlos. Sin lugar a dudas, este no pareciera ser un año climáticamente como el anterior. Ello, a pesar que en todo el centro de los Estados Unidos (oeste del cinturón sojero/maicero estadounidense) la situación de sequía todavía preocupa y en importantes zonas del este del mismo persisten algunos problemas de anegamientos.

CULTIVOS EN BUEN ESTADO

Pero la condición de los cultivos entre bueno y excelente informada semanalmente por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés), tanto para el maíz y como para la soja, se ubican en una situación mucho mejor de lo que ocurría a igual fecha del año previo.
A ello deberíamos sumarle la fuerte recuperación de la cotización del dólar en el nivel mundial desde mediados del mes pasado, como así también la eventualidad de una suba en las tasas y la caída en el valor de los bonos y notas del tesoro estadounidense. Ello implica decir que la política expansiva en materia monetaria impuesta por los Estados Unidos desde la crisis económica/financiera desatada en 2008 podría estar llegando a su fin.
De materializarse la opción anterior, claramente conllevaría un impacto negativo sobre las cotizaciones de las commodities en general y de los granos en particular. Adicionalmente, la situación en la región también preocupa. El real en Brasil se está devaluando (al momento de redactar este informe se ubicaba en 2,25 reales por dólar), lo cual genera un doble problema. En primer lugar, posee un impacto negativo sobre la economía de la Argentina por el aumento de la competitividad de sus productos, al tiempo que logra compensar al productor brasileño frente a una eventual baja de los precios internacionales de la oleaginosa.

EL FACTOR CLIMA

No obstante, "su majestad el clima" -como siempre- tendrá la última palabra. Y en este sentido, si el tiempo hace de las suyas en los Estados Unidos, todo lo previamente comentado deja de tener sentido. Como es sabido, estos productos poseen un mercado de impacto de oferta y cuando esta última se ve afectada por temas climáticos nada puede sobresaltar más a las cotizaciones en términos positivos.
Julio y los primeros días de agosto parecieran ser claves en esta materia, por lo que se recomienda prestar mucha atención a las oportunidades que el mercado pueda brindar. Las subas verificadas en la pasada semana, podrían estar diciéndonos algo al respecto.
Desde el punto de vista de la demanda genuina, los principales países importadores que tuvieron que ver limitadas sus adquisiciones durante el ciclo 2012/2013 como consecuencia de los altos precios internacionales es muy probable que aprovechen las eventuales bajas en las cotizaciones como una oportunidad de compra. En relación a ello, vale la pena destacar que a esta altura del año China ya acumula altos niveles de compromisos forward de soja, maíz y de trigo de la campaña 2013/2014 sobre puertos estadounidenses.

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