jueves, 8 de agosto de 2013

A pensar en la soja que se viene

 
 En la actualidad, los productores de soja argentinos tienen a disposición un paquete tecnológico de avanzada, que les permite campaña tras campaña alcanzar muy buenos resultados a nivel de lote. De esta manera, y con las mejores herramientas y conocimientos a mano, el secreto del éxito de la oleaginosa pasará por cómo se los utiliza, porque las buenas decisiones permitirán sumar muchos quintales al momento de la cosecha.

Variables como la correcta elección de ambientes, análisis de suelos hechos en serio, agua disponible y fechas de siembra son pautas no nuevas, pero que cada vez se toman más en serio. Estos y otros conceptos se repasaron en la clásica jornada técnica de soja organizada por el semillero Don Mario en Chacabuco (Buenos Aires), en donde quedó claro que hoy es central pensar más en las llamadas "tecnología de procesos" que en la de insumos, que está a disposición de todos.

En esta campaña 2013/14, la nueva soja Intacta (BtRR2, es decir, con resistencia a insectos lepidópteros, a glifosato y un plus de rendimiento) estará disponible en el norte del país. A ella se suma una amplia gama de herbicidas, insecticidas y fungicidas, y la maquinaria es cada vez más precisa. Pero este enorme potencial puede verse disminuido si no se toman decisiones de manejo correctas.

Por eso, en la zona núcleo deberán tenerse en cuenta unas variables, pero probablemente no sean las mismas en regiones de menor aptitud, en las que se ha instalado fuerte el cultivo.

Para sostener un buen rinde en cualquier ámbito, es fundamental conocer en profundidad los ambientes y la ecofisiología del cultivo, para saber como se comportará ante distintos escenarios climáticos, por ejemplo. En este sentido, y como reflejó el asesor y productor Gustavo Duarte, para pensar en una producción eficiente en la pampa arenosa, la calidad de sitio es la variable que define el 50 por ciento del rinde, y la disponibilidad de agua a la siembra es central.

En este punto, destacó la importancia de la cobertura de rastrojos, que entre otras ventajas suman al stock de materia orgánica del suelo y facilitan la infiltración. "Al aumentar la cobertura de rastrojos sin dudas mejoramos la producción de los cultivos", recordó el reconocido asesor.

A esta situación, Duarte añadió que el manejo de información es clave para optimizar resultados en zonas difíciles como el oeste bonaerense. Así, al momento de elaborar sus estrategias, los productores deben tener en cuenta qué variedades utilizarán y cuáles son las mejores densidades y fechas de siembra.

La correcta elección del ambiente fue una de las cuestiones de manejo más señaladas por los técnicos. Una vez definida esta variable, que según Rodrigo Iglesias, de DonMario, define hasta el 62 por ciento del rinde final, hay que decidir cuáles son las variedades más adecuadas para cada sitio, sin perder de vista que debe estimarse un rinde objetivo de acuerdo al tipo de ambiente. En este escenario, un ambiente de alta producción sería un lote que tenga un suelo con más de 15 ppm de fósforo y ocho años de siembra directa con rotación de cultivos.

De acuerdo a una serie de ensayos presentados por Iglesias, en los que se evaluaron 20 localidades en las últimas cuatro campañas, para ambientes de alta producción del sur santafesino, sudeste de Córdoba y norte de Buenos Aires, las variedades del grupo tres corto con fecha de siembra entre los días 15 y 30 de octubre, expresan el mejor rendimiento. "Por cada día de atraso en la fecha de siembra, la pérdida es de 10 kg/ha", recordó.

Y en este ajuste de los detalles de manejo, la nutrición es indispensable para objetivo de rindes altos. "Hemos pasado a entender que la limitación nutricional afecta a los cultivos, y un manejo eficiente requiere incorporar diagnósticos que nos guíen para tomar mejores decisiones", afirmó el consultor Martín Díaz Zorita.

En este camino, el profesional destacó la importancia de la inoculación, que de acuerdo a resultados de varios ensayos puede representar una mejora de hasta 230 kg/ha. Además, dejó en claro que más allá de la eficiencia del proceso, la inoculación responde con más potencia si se dan mejores condiciones de siembra, adecuada nutrición del cultivo y hay una buena genética.

Con una campaña de soja 2013/14 que empieza a calentar sus motores y promete fuertes novedades, los productores buscan incorporar conocimientos y estrategias para aprovechar todas las posibilides que ofrecen los paquetes tecnológicos. Porque ahora, más que nunca, la productividad será fundamental. 

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