lunes, 5 de agosto de 2013

Con ajustes de manejo la soja puede elevar rindes

 

 Con una multitudinaria jornada en la Estación Experimental de La Estanzuela, donde participaron más de 500 personas, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) reavivó la discusión y mostró que es posible lograr rendimientos de 4.000 kilos por hectárea en el cultivo de soja apoyándose en el riego y ajustando medidas de manejo.

El INIA mostró un programa que abarca qué potencialidad podría tener el cultivo de soja en Uruguay, cuáles son las restricciones en temas sanitarios y cómo se deberían manejar las dos grandes limitantes: la restricción de agua y las nutricionales.

La oleaginosa es el principal motor del crecimiento de la agricultura, pero se planta en ambientes muy diferentes, desde suelos bastante superficiales hasta suelos profundos.

"Hay que saber que cada suelo tiene su piso y un techo de potencial. No hay un solo potencial, sino que hay un potencial dependiendo del tipo de suelo", explicó a El País el ingeniero agrónomo Jorge Sawchik, director del Programa Cultivos del INIA.

En suelos profundos y con buena lluvia o riego, hay productores que ya están llegando a rendimientos de 4.000 kilos por hectárea. En otros casos, "es posible, y lo que falta es un ajuste fino de las herramientas tecnológicas", dice Sawchik.

En la otra vereda, hay agricultores que están con rendimientos por debajo del promedio (entre 1.800 y 2.000 kilos por hectárea). "En algunos casos, plantan en suelos que no son aptos para el cultivos de soja. Son productores que tienen riesgo de caerse del negocio rápidamente", advirtió el experto.

También hay otros que deben corregir fecha de siembra, no ir a siembras -en sojas de primera- más allá del 10 de diciembre, mejorar la elección de los grupos de madurez, la calidad de siembra, no olvidarse de aplicar los nutrientes (fósforo y azufre) necesarios y darle más importancia a las chacras donde se está sembrando la soja, reconociendo que hay ambientes diferentes, tener cuidado en el manejo del barbecho y otras variables", advierte el técnico de INIA.

La soja no está aislada; se planta en rotaciones con otros cultivos, como trigo, maíz, gramíneas. Por eso, en la jornada de La Estanzuela se puso sobre la mesa que con este sistema, que mayoritariamente es trigo y soja, "algunas cosas que pasan no son buenas para el cultivo".

Sawchick aseguró que "si uno empieza a rotar con más gramíneas de verano -tipo maíz-, se obtienen incrementos mayores. Si en el invierno no se deja el suelo descubierto, eso ayudará a captar el agua y entonces vamos a ubicar a la soja en un ambiente bastante mejor de lo que está ahora en el gran cultivo".
Incremento.

Los rendimientos potenciales para la soja hoy están entre 5.000 y hasta 6.000 kilos por hectárea, sin limitantes de agua y en suelos aptos.

"INIA y la Facultad de Agronomía, en experiencias con riego hemos obtenido esos rendimientos", aseguró el director de cultivos de INIA, para mostrar que se puede.

"Hoy tenemos productores en secano (sin riego) que tienen rendimientos de chacras cercanos a los 3.800 o 3.900 kilos por hectárea que son excelentes. Hay que afinar un poco en esos productores y trabajar en todo el grupo de productores que están en la media o por debajo. Hay muchas cosas para corregir en cuanto al manejo del cultivo", advirtió el experto en la jornada, fomentando a fondo la discusión.

Pero sin pensar en ir directamente a conseguir 4.000 o 6.000 kilos por hectárea, el INIA propone ir a un escalón medio de alrededor de 2.500 kilos y con rendimientos más estables.

Los 4.000 kilos por hectárea actualmente solo son alcanzables por un grupo de selectos productores que aplican un fuerte paquete tecnológico para sacarle el máximo potencial a los suelos en cada zafra, pero cuidando a fondo este recurso.

"Lo que podemos hacer es levantar el promedio nacional, siempre teniendo en cuenta que la soja y el maíz son cultivos de verano y dependen mucho de las lluvias. Hay suelos donde se planta soja que no son agrícolas y el cultivo termina siendo un mal negocio", reconoció Sawchick a El País.

Según la visión del técnico, en este ejercicio agrícola con viento a favor para la principal oleaginosa, el promedio estará muy cercano a los 2.500 kilos por hectárea, pero hay que acordarse que en algunos predios apenas llega a rendir 1.800 kilos por hectárea y en otros llega a 2.100.

"Podemos ubicarnos en un promedio de 2.500 kilos por hectárea si mejoramos algunas cosas de manejo", dijo el director de cultivos de INIA.

Hasta el momento, la soja ya acumula más de 10 años ininterrumpidos de crecimiento y Uruguay tiene más techo para crecer.

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