jueves, 15 de agosto de 2013

El Senasa creó el Sistema de Trazabilidad y el Celma pide informes

El sistema de vigilancia sanitaria para productos como los fertilizantes, insecticidas y plaguicidas, se aplicará en el país después de 15 años de uso intensivo de agroquímicos en la actividad agropecuaria.
La actividad agrobiotecnológica en la Argentina presenta muchos aspectos que en estos últimos más de 15 años de desarrollo intensivo han sido soslayados por el Estado. Desde el dictado de la Resolución 350/99 que registra los productos fitosanitarios (agroquímicos) que se aplican intensamente en la actividad agrobiotecnológica entre tantos otros, glifosato, atrazina, endosulfan, etc, el estado argentino no había implementado ningún sistema de vigilancia sanitaria para productos como los fertilizantes, insecticidas y plaguicidas.
Argentina es el tercer país del mundo en venta y uso de agroquímicos en el desarrollo de la actividad agrobiotecnológica. Un sistema de vigilancia sanitaria obliga al fabricante del agroquímico a que declare la cantidad de productos que lanza al mercado y sobre ello se realiza la trazabilidad en toda la cadena comercial, para saber su uso en el sector agrícola y ganadero.
Trazabilidad
La trazabilidad es la capacidad para reconstruir el proceso histórico de un producto (envase) y de conocer su destino más inmediato. Poseer un plan de trazabilidad en un establecimiento elaborador de agroquímicos, le permite a la autoridad de contralor y al propio fabricante y/o comerciante seguir la pista, conocer la historia o localizar los productos de forma ágil, rápida, eficaz y sin errores, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución de un alimento.
La importancia de la trazabilidad de los productos agroquímicos adquiere importancia significativa en la disposición final de los envases de agroquímicos. Con la implementación del sistema de trazabilidad se podrá identificar quien liberó o arrojó al espacio público libremente sin ninguna prevención los envases vacíos de agroquímicos, los cuales representan un grave foco de contaminación y no deben ser arrojados libremente. Todo lo contrario, se tratan de residuos peligrosos y exigen un sistema de disposición final adecuado.
El 6 de agosto de este año, el Senasa creó el Sistema de Trazabilidad de los agroquímicos en la República Argentina a través de la Resolución 369/2013 que fue publicada este 12 de agosto en el Boletín Oficial.
El nuevo sistema de trazabilidad en materia de agroquímicos, está basado en el Estándar Mundial de Trazabilidad GS1 (GTS). El dato que señala que después de 15 años de la resolución 350/99 que registra todos los productos fitosanitarios y agroquímicos en el país, el Senasa disponga, algo tan elemental y esencial como un sistema de trazabilidad, no es sino una muestra clara del funcionamiento del organismo en relación a la agrobiotecnología.
Cuestionamientos del Celma
El Senasa no está a la altura de las circunstancias. Se trata del organismo nacional responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, y dicha función no es cumplida debidamente lo que exige una tarea de control estrecho.
En esa inteligencia se advierte que en esta primera etapa el sistema de trazabilidad va a comprender 34 productos y resulta llamativo que la Resolución 369/2013 del Senasa incluya el endosulfan, cuya venta se encuentra prohibida desde 1 julio de 2013 por Resolución del Senasa 511/2011.
Asimismo el Centro de Estudios Legales del Medio Ambiente (Celma) advierte que productos como Glufosinato de Amonio, Atrazina, Imazetapir, Metolacloro, Primisulfuron, Cicloxidim, Cletodim, Dinitramina, Fluazifop-p-butil, Imazaquin, Metolacloro, Naptalam, Propaquizafop-p-tefuril, Alaclor, Quizalozop-p-etil, 2D-4, Trifuralina, Fulmetsulan, Cipermetrina, Galant R, Vernolate y Nicotenoides como: clothianidin, imidacloprid y thiamethoxam, no se encuentran listados en el sistema de trazabilidad creado por el Senasa, todos ellos principios activos con una alta tasa de uso en la actividad agrobiotecnológica y mucho de ellos inclusive de clase II.
Por ello el Celma efectuará una presentación ante el Senasa para que informe por qué dicho principios activos no se han incluido en esta primera etapa de trazabilidad, siendo que muchos de ellos son utilizados intensamente en la actividad agrobiotecnológica y debieron tener prioridad de selección.

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