jueves, 22 de agosto de 2013

Exportaciones: La importancia de la protección desde la cosecha hasta la recepción del pago

Por Inés de Ros*, abogado especialista en Inversión Extranjera y Comercio Internacional
Es por todos sabido que la mayoría de los exportadores de frutas y hortalizas dedican un sinfín de esfuerzos para lograr una cosecha de óptima calidad que pueda ofrecer a sus clientes al mejor precio: se buscan productores de las zonas más fértiles y con mejores condiciones climáticas, se invierte en asesores agrícolas, se planifica la cosecha para poder optar a las mejores ventanas que aseguren mayores retornos y se contrata seguro de transporte que cubran cualquier eventualidad derivada de fallas de temperatura durante el transporte, entre otros. Pero, ¿Cómo aseguran los exportadores el crédito que otorgan a sus recibidores cada vez que les envían contenedores de fruta que serán pagados a 30, 45, 60 días, y con qué herramientas cuentan para asegurar dicho pago?
El riesgo que corren las exportadoras para enfrentar el no pago es ciertamente alto. El exportador, una vez ha cerrado un trato con un importador o bróker, envía su producto a 15.000 km. de distancia sin recibir en ocasiones más que un adelanto del pago marginal contra envío de los documentos marítimos, o en el mejor de las casos contra embarque. El saldo restante será pagado en función de la calidad y condición de la fruta al arribo, que por su condición de perecedero es  bien volátil y difícilmente controlable en viajes tan largos. Adicionalmente, existe el factor “mercado” que también juega un rol muy determinante a la hora de recibir el pago del precio, tanto en operaciones en libre consignación, como en Mínimo Garantizado e incluso en Precios en firme.
Desde hace más de catorce años, Araya & Cía. Abogados ha asesorado a exportadores para minimizar su vulnerabilidad frente a situaciones de no pago a través de la aplicación de instrumentos contractuales que, respetando las relaciones de confianza existentes entre exportadores y recibidores – que son de gran peso en la industria – permiten al exportador acceder a soluciones efectivas a través de sistemas de solución de controversias.
Es frecuente encontrarse ante situaciones en que las exportadoras, ya sea de Chile o del Perú, por falta de contar con los resguardos contractuales necesarios, no pueden acceder a acciones de recupero o impugnación de liquidaciones frente a tribunales judiciales o arbitrales, y no cuentan con las pruebas necesarias para hacer valer sus derechos y lograr así la restitución monetaria de lo adeudado.
Dentro de los principales puntos de riesgo que los exportadores sudamericanos enfrentan y deben ser regulados en sus contratos se incluye establecer plazos para realizar objeciones respecto a la calidad o condición del producto; establecer el procedimiento en la declaración y gestión de siniestros frente a las compañías de seguro y de transporte; asegurar la operatividad de las garantías que la Perishable Agricultural and Commodities Act de Estados Unidos, también conocida como PACA; evitar que las bajas del precio de mercado afecten a los precios en firme o mínimos garantizados; establecer un sistema de  negociación solución de controversias efectivo; así como otros aspectos que escapan de las manos de las Partes y en caso de problemas y bajas de mercado el importador utilizará en su favor para denegar el pago de lo acordado. Para evitar que los esfuerzos realizados por las exportadoras durante toda la temporada caigan al vacío por el hecho de no contar con una protección jurídica adecuada, es necesario enfatizar en la prevención.
Consciente de esta situación, Araya & Cía. Abogados ha inaugurado una oficina de representación en Perú para asegurar a sus clientes un servicio cercano y personalizado  que garantice una adecuada defensa de sus intereses.
*Inés de Ros Casacuberta – LL.M. (Int) Universidad de Heidelberg.

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