martes, 6 de agosto de 2013

Habrían intervenido el SENASA, delegación Villa Mercedes ! ! !

Un escándalo del que nadie habla.
No sería tan grave si ocurriera en una entidad que controle la calidad de la arena, por ejemplo. Pero se trata nada menos que de la institución pública nacional responsable de custodiar la sanidad de los productos con los que se elaboran alimentos para las personas.
Un escándalo de proporciones rodea a la delegación Villa Mercedes del Servicio Nacional de Calidad Agroalimentaria (SENASA), que estaría “intervenida por irregularidades” desde el martes pasado por decisión de la conducción nacional de la misma entidad.
El hecho, aún no oficializado por nadie, habría saltado cuando un vacunador se habría negado a firmar un acta de revacunación a nombre de otra persona que no era el propietario de un número no determinado, pero sí importante, de hacienda.
Según fuentes responsables, el acta finalmente fue autorizada por SENASA Villa Mercedes en un acto sospechado de irregular, ya que se lo vincula con un millonario y polémico juicio de sucesión de una tradicional familia villamercedina que se ventila en los tribunales de la Segunda Circunscripción y en el que están en juego precisamente valiosos campos, animales, comercios e inmuebles urbanos.
Lo ocurrido también generó un ruidoso impacto puertas adentro del SENASA, donde recrudeció la despiadada interna entre “rojos” y “verdes”, es decir los encargados de fiscalizar todas las carnes y los responsables de cuidar la sanidad vegetal. Con los primeros hay malestar hasta por fuera del SENASA porque los acusan de trabar el acceso de San Luis a fondos públicos nacionales.
Justamente, la semana pasada votaron en contra del Plan Caprino propuesto por el Ministerio del Campo y dejaron a la provincia sin el $1.200.000 que le corresponde por la ley nacional que establece un fondo anual permanente para desarrollar el sector.
Hay antecedentes concretos que desnudaron actitudes irresponsables contra San Luis de un sector del SENASA. El gobierno puntano nunca recibió respuesta de las autoridades nacionales del organismo cuando, hace más de un año, COSAFI denunció formalmente dos hechos graves que involucraban a algunos de sus veterinarios: en remates de hacienda en Naschel certificaron la salida de terneros, cuando habían ingresado como novillos, y en Quines dejaron entrar varias jaulas con hacienda de Corrientes, enfermas con un tipo de rabia contagiosa contraída por murciélagos y ausente en la provincia.

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