jueves, 29 de agosto de 2013

Panorama de la Agricultura.-

Cómo evitar que los granos pierdan calidad una vez cosechados

Deben cuidarse todas las etapas productivas, desde el trabajo a campo hasta la industrialización. Por dónde pasa la clave.
Protagonista del mercado mundial de granos, la inocuidad garantiza a los consumidores que un alimento no dañará su salud. Para eso, deben cuidarse todas las etapas productivas, desde el trabajo a campo hasta la industrialización. En toda la cadena, la presencia de residuos químicos –que quedan en el grano tras la aplicación– es uno de los factores clave para asegurar la inocuidad. Recomendaciones para que los residuos químicos no los afecten.
“En la poscosecha, los agroquímicos más utilizados son los insecticidas”, explicó Bernardette Abadía, especialista en almacenamiento de granos del INTA. Esos insecticidas, añadió, tienen la doble finalidad de “limitar los daños que causan los insectos en la calidad de la mercadería durante el almacenamiento y comercializar granos libres de insectos vivos”, algo requerido por las normas de comercialización argentinas e internacionales.
Del 4 al 8 de noviembre, el INTA Balcarce dictará el III Curso Internacional de Actualización Técnica en Poscosecha de Granos, con el eje en la inocuidad y el control integrado de plagas.
El informe emitido por el Inta dice que, de acuerdo con Abadía, “existen normativas que regulan la cantidad tolerable de residuos en los granos y sus derivados, los Límites Máximos de Residuos”, cada vez más estrictos. De superarse esos límites, los embarques pueden ser rechazados al llegar a destino, generando significativos costos logísticos y riesgos para la salud, explicó la técnica.
Por esto, la especialista consideró “fundamental no superar los límites máximos de residuos de insecticidas en granos almacenados y utilizar esos productos responsablemente, tanto en la planta de acopio como en las industrias”.
Según Abadía, el control integrado de insectos es “indispensable” para reducir la dependencia de los agroquímicos: “El uso de insecticidas es una herramienta más, que debe combinarse con otras tanto o más importantes, como la limpieza de la planta y el uso de aireación (o refrigeración artificial)”, sostuvo.
Por otra parte, detalló que deben utilizarse sólo los productos registrados en Argentina, lo cual puede verificarse en el marbete. “De tratarse de granos o derivados para exportación, se deberá conocer la lista de productos registrados en el país de destino y sus correspondientes límites máximos de residuos, ya que pueden diferir de los argentinos”, precisó.
Como ejemplo, Abadía mencionó que en Europa, el límite máximo del DDVP es de 0,01 mg/kg, equivalente al límite de detección, mientras que en Argentina es de 5 mg/kg.
Respetar las instrucciones, no exceder las dosis máximas, evitar aplicaciones reiteradas, cumplir con el tiempo de carencia y registrar por escrito las aplicaciones de insecticidas (pensando en la trazabilidad de los granos) son otras recomendaciones para obtener mayor inocuidad.-












La soja busca más calidad

Gracias a la biotecnología que viene a caballo de germoplasmas adaptados a diferentes regiones productivas, y la combinación de fechas de siembra, fertilización y manejo en general, la soja ha ido escalando exponencialmente sus rendimientos medios y máximos. Todos los esfuerzos han estado puestos en lograr más kilos en la tolva de la cosechadora. Sin embargo, como un equipo que ataca constantemente y se olvida de defender, se han descuidado parámetros de calidad, un factor importante pensando que Argentina abastece a más del 50% del mercado mundial de harina de soja, por ejemplo. Y para esto, las soluciones no son sólo genéticas; también hay cuestiones de manejo.
Los niveles de proteína de la soja vienen cayendo en la zona núcleo argentina en los últimos años. La campaña 2012/13 recientemente concluida presentó los niveles más bajos de los últimos 16 años. “En la actualidad los factores que trabajamos van en busca de la cantidad y se dejan de lado los factores de calidad que son sumamente importantes y lo serán aún más en un futuro cercano”, advirtió el genetista de Nidera, Rodolfo Rossi.
Frente a un promedio histórico de 38,7% de proteína en la soja de la zona núcleo, en la última cosecha el nivel cayó a 37%, el más bajo de los últimos 16 años. Sin embargo, otros jugadores de la región, como Brasil, se mantienen en 40,81%, Paraguay en 39,34% y Bolivia en 40,5%.
En este escenario, existen variedades experimentales con 47% de proteína, por lo que está claro que el mejoramiento genético puede lograr una mejora, pero también hay otros factores.
Los niveles de fósforo y azufre tienen un efecto marcado sobre el contenido de proteína en el grano. “Los trabajos muestran respuestas interesantes a los niveles de nitrógeno, más que nada cuando la nutrición se hace tarde”, agregó el genetista Rossi.
En un panel de referentes en Investigación y Desarrollo durante el último congreso de Aapresid, Daniel Courreges, de Syngenta, apuntó que “la globalización tiene el beneficio de que muchos breeders estén trabajando en proyectos integrados en todo el mundo”. Y ponderó ese intercambio: “Hoy es imposible pensar en una biotecnología de control de insectos sin una estrategia de insecticidas asociadas para proteger esa ventaja, y lo mismo ocurre con el control de malezas”.
Por su parte, el gerente de Desarrollo de DonMario, Federico Rizzo, ponderó los incrementos de rinde, pero también la búsqueda de estabilizarlos sobre todo en nuevas zonas y a partir de un manejo adecuado. “El paquete genético alcanzado nos está pidiendo que mejoremos los ambientes degradados, además de reducir la variabilidad y mejorar las prácticas con rotación, cobertura y fertilización. En definitiva, el manejo del ambiente, que en diversos ensayos realizados explican el 67% de la variabilidad de rendimiento”, opinó Rizzo.
Calidad o cantidad, o calidad y cantidad, constituyen uno de los desafíos en I+D, pero también lo son en el lote para los productores, porque el manejo cuenta. La cuestión será ver si el agricultor tiene un incentivo comercial para apostar a una soja de mayor calidad.
El camino, en ambos casos, pasa por buscar herramientas que favorezcan un manejo integrado del cultivo, con una elección adecuada de la variedad para cada ambiente, buenos niveles de nutrición, rotaciones fortalecidas ricas en rastrojos y la protección del cultivo en los momentos óptimos.-












La soja vuelve a subir

Chicago – La cotización de la soja avanzó ayer un 1,3 % a u$s 526,55 la tonelada debido a las persistentes preocupaciones de los inversores por el impacto de las condiciones meteorológicas actuales en los cultivos, mientras que los precios del trigo y el maíz bajaron: 0,6 % a u$s 237,55 y 0,9 % a [...]
Chicago – La cotización de la soja avanzó ayer un 1,3 % a u$s 526,55 la tonelada debido a las persistentes preocupaciones de los inversores por el impacto de las condiciones meteorológicas actuales en los cultivos, mientras que los precios del trigo y el maíz bajaron: 0,6 % a u$s 237,55 y 0,9 % a u$s 198,52, respectivamente. Agosto es el mes clave para el desarrollo de la soja y el tiempo demasiado seco y caluroso ha impactado negativamente en toda la región del medio oeste, favoreciendo un aumento del precio de la oleaginosa, explicó Jason Britt, de Central State Commodities.
Sin embargo, la anticipación de lluvias y temperaturas un poco más frescas en los próximos días restó presión a los precios, según el especialista. Por otra parte, la etapa esencial para el maíz tuvo lugar en julio y el tiempo entonces era casi ideal, lo que hace esperar una cosecha récord.
El mercado del trigo continúa evolucionando en la dirección del maíz, según Britt. El anuncio de una venta importante ayer a la mañana, no obstante, confirmó a los inversores que las exportaciones del cereal producido en Estados Unidos continúan siendo sólidas, agregó.
“Aunque los precios agrícolas sufran menos directamente las consecuencias, la incertidumbre” sobre Siria “arrastra sus precios a la baja”, agregó por su parte Rich Nelson, de la casa de corretaje Allendale.-







Advierten maniobra con maíz y harina de soja que ya ocasionó pérdidas por más de U$S 120 millones al Fisco

El Fisco sufrió pérdidas por más de 120 millones de dólares en el primer semestre del año como consecuencia de la exportación de una mezcla molida obtenida a partir de granos de maíz y harina de soja, que aprovecha derechos de exportación inferiores, trascendió hoy.
Los ingresos fiscales perdidos, que ocasionan además un desequilibrio en el comercio exterior, equivalen a 694 millones de pesos, lo cual representa el 28,5 % del aporte del Estado ($ 2.439 millones) para financiar la mejora en asignaciones familiares y la deducción especial que evita el pago del Impuesto a las Ganancias a los trabajadores, investiga el Gobierno.
Si se confirmara la tendencia y se duplicara en lo que resta del año el incremento de las exportaciones de la mezcla, usualmente destinada como alimento animal balanceado, aquella erogación fiscal podría ser cubierta en algo más del 50 % por lo ingresos potenciales obtenidos por los derechos de exportación de este producto.
La mezcla, que usualmente contiene 5% de maíz y 95% de harina de soja, tributa un derecho de exportación del 5%, mientras el maíz aporta el 20 % de su precio y la harina de soja, el 32%.
Si ese producto estuviera gravado con un derecho de exportación similar a la harina de soja (32%), el monto por retenciones de los seis primeros meses de 2013 debió haber sido de casi U$S 150 millones aproximadamente, en tanto se habría tributado sólo U$S 20 millones, por lo que la pérdida fiscal habría sido de U$S 130 millones.
Como consecuencia, sólo en el primer semestre del año se exportó de esa mezcla algo más de un millón toneladas cuando durante todo el 2012 se embarcaron unas 900 mil toneladas y en 2011, un poco más de 500 mil toneladas.
“Si se proyectaran los primeros seis meses de exportación a todo el año y calculásemos una simple duplicación en realidad, se podría producir una explosión de ventas al exterior de esta mezcla por varios millones de toneladas-, el aumento sería de 127 % con respecto al año pasado y de 258 % en comparación con 2011,” evaluó un analista del sector.
Fuentes del sector señalaron que varias empresas habrían recibido importantes pedidos de cotización por este producto, por lo que se prevé que, de mantenerse la actual situación, las exportaciones ascenderán en breve a varios millones de toneladas, agravando la pérdida comparada de ingresos por retenciones a la exportación.
Los principales destinos de este producto son Chile, Vietnam, Cuba, Holanda, Nueva Zelanda, Uruguay, Hong Kong, Singapur, Indonesia, Marruecos, Filipinas, Malasia y Taiwán.-









El INTA trabaja en un proceso para secar la uva en los parrales

Con la intención de reducir los costos y paliar la baja cantidad de mano de obra que hay disponible para realizar los trabajos en el sector pasero, el INTA San Juan están probando un proceso para secar la uva en los parrales, según contó Rodrigo Espíndola, encargado de llevar adelante el proyecto desde la seccional [...]
Con la intención de reducir los costos y paliar la baja cantidad de mano de obra que hay disponible para realizar los trabajos en el sector pasero, el INTA San Juan están probando un proceso para secar la uva en los parrales, según contó Rodrigo Espíndola, encargado de llevar adelante el proyecto desde la seccional Caucete.
“Este sistema es de Cali­fornia, se llama Dry on Vine (secado en planta) y busca implementar una nueva forma de trabajo en la provincia. Nosotros estamos probando en algunas fincas para saber cuál es el resultado, aunque a priori permitiría reducir los costos en un 40 por ciento”, comentó Espín­dola.
Para poder llevar adelante este innovador proceso es necesario cambiar algunas costumbres del trabajo sanjuanino, ya que requiere de una modificación en la poda.
“Dentro del parral hay que cortar los brotes, con la intención de generar un espacio. Luego un sector del mismo será destinado a la producción de fruta y el otro a la de madera”, explicó el profesional del INTA. Al tiempo que dijo que si bien es un proceso más lento al tradicional, también es más beneficioso para la producción pasera. “Con este método la pasa gana en tres aspectos fundamentales: aspecto, color y sabor”.
Espíndola contó que por ahora el proceso es probado por el INTA y dos fincas privadas en Zonda, aunque aclaró que “si bien es cierto que este trabajo puede acortar la vida útil de la planta, también hay que decir que los beneficios económicos pueden ser muy buenos”.
El sector pasero local está ante una gran chance de mejorar los rendimientos, ya que esto permitiría una cosecha mecanizada y el ahorro de los jornales en un 50 por ciento.-


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