martes, 13 de agosto de 2013

Productor de vid se queja porque “nos quedamos sin margen de maniobra”

Alejandro Toso, integrante de CREA Mendoza, asegura que se está primarizando la actividad y hoy tiene mucha menos gente trabajando en su finca.


Las economías regionales se encuentran en una situación que dista de ser la ideal. La producción vitivinícola no es la excepción, y sufre un proceso de primarización. Alejandro Toso, integrante de CREA en Mendoza, brindó un panorama desalentador para el presente de la actividad, que incluye problemas para agregar valor y caída de la mano de obra empleada.

“La industria general está pasando por un momento complicado por varios factores que se han juntado, como excedente de vinos, precios 2010 con costos 2013 y el retraso cambiario que complica la exportación, la cual venía hasta 2009 en forma creciente”, afirmó el productor mendocino.

En este contexto, en el que recomienda no hacer inversiones, están obligados a para la pelota, insinúa. “No son años de inversiones. Sabemos que en los años buenos hay que reservar para los años malos”, consideró.
Toso asegura que las pymes del sector vitivinícola “están a pérdida o con margen escaso”. Las grandes bodegas, en cambio, “pueden estar un poco mejor, pero comprometiendo la rentabilidad, porque los costos de los insumos siguen creciendo y los mercados de exportación no permiten ajustar los precios en dólares como se necesita para mantener la rentabilidad”.

“Es cierto que se primariza la actividad, es una consecuencia de la crisis”, admitió Toso, quien agregó: “Como actividad, la de commodities no es la que genera mayores ingresos. Los vinos elaborados y las bodegas están preparadas para poner su vino en botella pero no tienen estructura para transformarse en bodegas exportadoras”.

Según manifestó Toso, “la industria ocupa 120 mil personas contando la gente de cosecha. Nuestros costos son 70% mano de obra, con pocas posibilidades de evitar los trabajos manuales”. Además, señaló que tienen escasez de mano de obra. “Mucha de la mano de obra mendocina viene del Norte. Cuando mejora la situación en sus zonas originales no se traslada y se complica. He tenido 200 a 300 personas cosecha y hoy se reduce a 20 o 30”.

Por ello, cree que son momentos de afianzarse y darse una mano mutuamente. Sabemos que esto va a pasar y lo que tiene que quedar es la mayor cantidad de viñedos y empresas en pie, que no son fáciles de recuperar”.

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