domingo, 4 de agosto de 2013

Se acentuó la caída de las cotizaciones

Semana tras semana, los mercados van confirmando su tendencia bajista para los precios del maíz y de la soja en Chicago, con pérdidas que anteayer fueron del 2,3% para el cereal, o su equivalente de US$ 5 por tonelada promedio en todas las posiciones, y del 1,2% para la oleaginosa, o su equivalente de 6 dólares.
La posición agosto de la soja, que anteayer quedó en US$ 498,9, mantiene una prima de 45 dólares respecto del contrato septiembre, que cerró en US$ 453,52. Estamos ante la salida de una cosecha (agosto) muy traumática por la influencia de los fondos sobre esa posición, a lo que se suma la necesidad de la industria por recomponer existencias para poder enfrentar el atraso que se proyecta en el ingreso de la nueva cosecha y, finalmente, se añade la incertidumbre que hoy existe sobre la perspectiva de producción.
Para agregar un nuevo factor de baja sólo hay que analizar el precio de la posición noviembre en Chicago, de US$ 438,18. Entre noviembre y agosto la baja supera los US$ 60, y es aquí donde la demanda se pregunta si no es momento de comenzar a comprar. Nadie asegura que la baja ya ha terminado, y prueba de ello es la caída permanente que se viene registrando en el precio de la soja FOB Golfo de México, que hoy se cotiza a US$ 476 para la posición de embarque en diciembre, cuando un par de meses atrás superaba los US$ 600.
En menos de 60 días los precios de la soja en el mercado internacional bajaron algo más de US$ 125. La oleaginosa estadounidense es cada vez más barata y la demanda no aparece; es como si los compradores esperaran aún nuevas bajas. Por lo pronto, la retirada de China como comprador y el anuncio de que podría llegar a vender sus existencias fue un nuevo factor adicional para la tónica bajista y no menor por cierto.
El impacto sobre los productores tiene un doble efecto: afecta los inventarios de soja de la vieja cosecha y muestra un horizonte de gran preocupación para la soja de la próxima campaña, con márgenes negativos para zonas como el NOA y el NEA, y para aquellos casos de quienes arriendan campos y no toman la precaución de bajar el precio de los alquileres.
Respecto de la soja disponible, los productores tienen en su poder y sin vender más de 20 millones de toneladas, que se han desvalorizado en US$ 1060 millones desde aquellos precios en cosecha de US$ 358, contra los US$ 305 actuales. Por la actual tendencia que muestra Chicago, el mercado de soja en la Argentina sigue teniendo todavía cierto potencial de baja y más si se considera el volumen en poder de los vendedores antes citado.
En el caso de la soja de la nueva cosecha, estamos entrando en terapia intensiva, con el cierre de la soja mayo en 279,5 dólares, el rinde de indiferencia del cultivo en zonas como el NOA y el NEA se ubica entre 2500 y 3000 kilos por hectárea. Considerando que los rindes reales se ubican en el rango de 2300 a 2500 kilos, podemos decir que hoy la soja en el NEA y NOA no es económicamente rentable y que de no haber un cambio en la tendencia del mercado muchos productores deberán enfrentar márgenes negativos.
En zonas como en el centro de Córdoba, con un rinde de 3000 kilos y un precio de US$ 280 a cosecha, el margen bruto en campo propio es de US$ 335. Aquellos productores que opten por arrendar campos en esa zona podrán pagar hasta un máximo de 4 qq/ha si aspiran a ganar unos US$ 220 por hectárea.
Como vemos, el horizonte soja es bastante negro, tanto para la vieja como para la nueva cosecha, y sólo una fuerte corrección alcista en el mercado podrá revertir y enfrentar una de las peores campañas de la historia reciente. La suba del mercado está en manos del clima en EE.UU. durante las próximas tres semanas y la probabilidad de ocurrencia de heladas tempranas a comienzos de octubre.

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