lunes, 5 de agosto de 2013

Siguen cayendo las exportaciones

Los datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) referidos a las ventas hacia el exterior y para consumo interno para la primera mitad del año marcan primero la pérdida de competitividad de las bodegas en el exterior, ya que la caída en vinos respecto del año pasado es del 22 por ciento en volumen y una disminución de divisas en dólares del 5,6 por ciento y segundo el mantenimiento del mercado interno ya que tuvo un ligero repunte del 2,5 por ciento.
Para dar una cifra orientado de 100 litros despachados por bodegas nacionales el 76 por ciento va al consumo interno, el 21 por ciento a la exportación y el resto a fábricas de vinagres y destilerías.
Este dato es ya un semáforo rojo instalado y difícilmente se revierta en la segunda mitad del año si no hay mejora en la competitividad y nuevas medidas económicas que alienten nuevamente a las bodegas a retomar las ventas en el exterior y a no perder clientes. De hecho, al no poder exportar se teme que se sature el mercado interno y no haya la salida esperada porque, a pesar de los últimos esfuerzos publicitarios desde la Coviar como por ejemplo ‘Vino argentino, un buen vino‘, la declaración de vino Bebida Nacional y el gran esfuerzo de un puñado de bodegas, todavía falta mucha promoción para seguir estimulando con calidad y buenos precios a los ya volcados al vino y seducir a nuevos consumidores, entre ellos jóvenes y mujeres, sectores de la población que han aumentado las ventas de vino en el mundo.
En problemas:
El sector exportador de vinos y mostos se encuentra este año en problemas luego de una década donde ganó muy buen dinero, ya que las exportaciones crecieron en forma sostenida desde el 2003 hasta el año pasado. En ese período las ventas pasaron de 169 millones de dólares a 920 millones de dólares, un salto que marca la bonanza que ostentó esta industria.
Esto no fue tan así para el sector de los productores, que siguen siendo la variable de ajuste a tal punto que los precios de la uva en esta cosecha 2013 fue el mismo que se pagó en el 2011, período donde la inflación ha esfumado la rentabilidad de los viñateros, en especial los que cultivan uvas varietales.
Si las voces de reclamos y de disgustos del sector exportador se manifiestan por sentirse muy perjudicados, imaginen los ánimos en el sector primario que, aparte de pelear precios, debe estar al amparo de Dios en cuanto al clima y si hay o no agua para regar las cepas, todo un tema en las últimas temporadas.

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