jueves, 1 de agosto de 2013

Un experimento de campo demuestra que la producción de huevos mejora con gallinas camperas



Los huevos son más económicos y de mejor calidad que en el sistema tradicional.
Un estudio de campo llevado a cabo por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia ha demostrado que las gallinas que se crían en suelo y cuyo régimen alimenticio combina pienso y alimentación natural producen huevos mejores, de forma más económica y más respetuosa con el bienestar de los animales.
El sector europeo de producción de huevos acusa a la nueva legislación sobre bienestar animal de disparar sus costes y obligarles a vender su producto más caro o a cerrar las explotaciones. No obstante, parece que no todo es blanco o negro y que pueden existir, si se buscan bien, muchos matices de gris…
Así, en la Universidad Nacional de Colombia han llevado a cabo un estudio de campo en el que han demostrado que explotar gallinas camperas combinando la alimentación a base de pienso dentro de una nave y periodos de alimentación natural en lotes exteriores preparados al efecto es rentable. Es más, afirman que, además de que los huevos son de mejor calidad y que mejora el bienestar de las gallinas, la producción es más rentable que de la forma tradicional.
El trabajo se ha llevado a cabo en el Centro Agropecuario Marengo con 500 ponedoras que se han enrolado en el programa “la gallina feliz”. El proyecto, puesto en marcha por la profesora Marta Pulido, consiste en complementar el concentrado que reciben las aves en la nave todas las mañanas con jornadas de pastoreo en corrales dispuestos especialmente para esta función. Los animales se han distribuido en dos naves a partes iguales y cada nave dispone de cuatro zonas de “pastoreo” rotatorio, en cada una de las cuales las gallinas permanecen 10 días.
Otra de las investigadoras que participa en el proyecto, Claudia Torres, de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia, explica que se deben alojar entre seis y ocho aves por metro cuadrado en la nave y cerca de cuatro por cada metro cuadrado en el pasto. Las gallinas salen a pastorear una hora el primer día y cada dos días la jornada va aumentando una hora hasta que permanecen al aire libre entre las nueve de la mañana y las tres y media de la tarde. 
En cuanto a los resultados obtenidos, en el periodo de descenso de producción, la dieta de las gallinas es de 80 % de concentrado y 20 % de pasto (y lo que rebuscan en este). Mientras alcanzan el pico de producción y durante el tiempo en que la mantienen en niveles superiores al 80 % de concentrado, las aves siguen saliendo al pasto, lo que hace que los huevos sean de mejor calidad y mejora el bienestar de los animales. 
Al consumir el pasto, aparte del descenso en el consumo de pienso y el ahorro que supone, aumenta la coloración de las yemas gracias a los carotenoides naturales que están comiendo las gallinas. Esa mayor coloración hace más atractivos los huevos para los consumidores y se consigue de forma natural, sin tener que adicionar carotenoides al pienso. El pastoreo también proporciona proteínas y nutrientes que llegan a los huevos, afirman las autoras.

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